Algunos hogares amplían el concepto de familia. Ya sea por circunstancias económicas o por motivos de cuidado de una persona enferma, algunas casas junto a los padres y sus hijos, también conviven los abuelos. Un núcleo más amplio y que podría denominarse como familia multigeneracional, es decir, tres generaciones que comparten un mismo domicilio.
Estos hogares presentan varias ventajas como por ejemplo el cuidado de los hijos mientras los padres están en el trabajo o una ayuda extra en el reparto de las tareas domésticas. Sin embargo, como en toda convivencia, aparecen distintos conflictos de entendimiento, especialmente si atendemos a las diferencias que aparecen entre las generaciones del domicilio. Saber resolver estas disputas ayudará a mantener el buen ambiente dentro de estos núcleos familiares.
Situaciones de estrés
Antes de comenzar a resolver los conflictos en este tipo de familias, hay que reconocer las situaciones que pueden desembocar en conflicto. Desde el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, se identifican estas:
– Reajustes que supone la llegada de otro miembro. Cambios de habitaciones, menos espacio en casa, otros horarios, posibles dietas especiales de estos nuevos miembros.
– Estrés causado por las nuevas obligaciones, especialmente en adultos, quienes deben cuidar de ancianos y de niños en algunas ocasiones.
– Sensación de menor privacidad al reducirse el espacio en casa.
– Aparición de un sentimiento de desafección en las relaciones. Algunos miembros pueden sentir que es un extraño quien se muda a casa, y aunque sea el abuelo a quiens e está acostumbrado a visitar, no es lo mismo un pequeño encuentro periódico que una convivencia permanente.
– Relaciones familiares más tensas por culpa de las nuevas necesidades económicas.
Resolución de conflictos
Ante estas situaciones de conflicto, las familias multigeneracionales pueden realizar muchas actividades con el fin de solucionarlas y asegurar el buen ambiente en el hogar. Si cada miembro pone de su parte, este entorno será el necesario para el desarrollo de buenas relaciones entre los miembros:
– Adoptar la costumbre de celebrar reuniones familiares con regularidad. Ocasiones para que los miembros puedan compartir las preocupaciones, las alegrías y los éxitos, expresar los pensamientos o sentimientos, discutir temas y tomar decisiones. Un espacio de debate y para empatizar con los parientes a fin de de resolver posibles conflictos y malentendidos surgidos en el día a día.
– Comunicar cualquier asunto que afecte a los miembros de la familia de forma regular con el fin de hacer frente a los inconvenientes entre todos.
– Establecer reglas básicas de convivencia en el hogar. Unos horarios de comida conjuntos, el reparto de tareas domésticas y especialmente normas de respeto entre los miembros.
– Distribuir espacios comunes y espacios privados para cada miembro de la familia, adecuando el hogar tanto a abuelos grandes como nietos pequeños. De esta forma se asegurará el necesario espacio privado que todos necesitan.
– Ayudar a los niños a entender que los abuelos son personas con mucha experiencia, de la que pueden aprender muchas cosas y a quienes pueden pedir consejo para solucionar problemas de su día a día. Los padres deben dar ejemplo manteniendo un buen trato con los mayores que viven en este domicilio.
– Pasar tiempo de calidad juntos manteniendo tradiciones familiares encontrando una actividad en común como los paseos en familia, ver una película, etc.
Damián Montero
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