La adolescencia es una época de la vida que se sitúa aproximadamente en la segunda década del ser humano. Es la etapa que transcurre entre la infancia y la edad adulta y tiene la misma importancia que ellas, presentando unas características y necesidades propias.
Es la época más sana de la vida desde el punto de vista físico, pero el adolescente está expuesto a muchos riesgos y diferentes problemas de salud. Los cambios físicos en la pubertad son: aceleración y desaceleración del crecimiento, cambios de la composición corporal con el desarrollo de órganos y sistemas, adquisición de la masa ósea, así como la maduración sexual.
«En España, la población adolescente entre 10 y 21 años, según el Instituto Nacional de Estadística, a fecha de enero de 2016, es de 5.400.408 (11,6% de la población total). Es un segmento poblacional con un bajo índice de mortalidad, el 0,3%. Las causas más habituales son accidentes y actos violentos y en menor medida otras enfermedades» afirma Inés Hidalgo, directora de la revista Pediatría Integral, de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria de Atención Primaria (SEPEAP).
«Existen muchos mitos sobre la adolescencia, se dice que es un periodo de extrema inestabilidad y turbulencia emocional, de ruptura total con lo anterior, de pensamiento irracional, e incluso una etapa de «psicosis normal» y disarmonía generacional. Hay que tener presente que la mayoría de los adolescentes superan esta fase sin problemas», dice la doctora Hidalgo.
Mitos de la adolescencia que no sobreviven a la evidencia científica
1. «El desarrollo del adolescente normal es turbulento». No hay ningún estudio que confirme dicha creencia. Está claramente demostrado que el 80% de los adolescentes no pasan por un periodo tumultuoso, se llevan bien con sus padres y familiares, les gusta estudiar y trabajar, y se interesan por los valores sociales y culturales de su entorno.
2. «La adolescencia es un periodo de gran emotividad descontrolada». Los estudios no han mostrado diferencia alguna con la emotividad de los niños. Sí se detecta que, cuanto mayor es el adolescente más negativo es su estado de ánimo, lo que puede deberse a las obligaciones y responsabilidades escolares y laborales crecientes.
3. «El pensamiento de los adolescentes es irracional e infantil». Desde los trabajos de Piaget, sabemos que en la adolescencia se pasa del pensamiento concreto al pensamiento abstracto con proyección de futuro, característico de la madurez. Sobre los 12 años se alcanza el desarrollo cognitivo con capacidad de pensar en abstracto, y a los 15-16 el desarrollo moral, el saber lo que está bien y mal.
La aparición de la pubertad en los adolescentes
El inicio de la adolescencia es también un momento que varía en función del propio desarrollo del individuo. En las chicas la pubertad viene determinada por la aparición del botón mamario, que puede iniciarse entre los 8-13 años, junto con aumento de la velocidad de crecimiento y acontece a una edad ósea de 11 años. Antes de los 8 años, hablamos de pubertad precoz y después de los 13 de pubertad tardía.
En los chicos, la pubertad puede suceder dos años más tarde que en las chicas y, por ello, estas pueden parecer más maduras físicamente que sus compañeros. El primer signo de desarrollo puberal en ellos es el aumento del volumen testicular, así como el enrojecimiento y rugosidad de la bolsa escrotal que puede empezar entre los 9-14 años y acontece a una edad ósea de 13 años. Antes de los 9 años hablamos de pubertad precoz y después de los 14 de pubertad tardía.
El crecimiento que se desarrolla en esta época supone del 20 al 25% de la talla adulta definitiva. En ambos sexos, durante el segundo año del estirón es cuando el incremento es mayor, de 5,8 a 13,1 cm en los chicos y de 5,4 a 11,2 cm en las chicas.
Las tres etapas de la adolescencia
En la adolescencia podemos distinguir tres etapas que se solapan entre sí:
1. Adolescencia inicial. Abarca aproximadamente desde los 10 a los 13 años, y se caracteriza fundamentalmente por los cambios puberales.
2. Adolescencia media. Comprende de los 14 a los 17 años y se caracteriza, sobre todo, por conflictos familiares, debido a la relevancia que adquiere el grupo; es en esta época, cuando pueden iniciarse con más probabilidad las conductas de riesgo.
3. Adolescencia tardía. Abarca desde los 18 hasta los 21 años y se caracteriza por la reaceptación de los valores paternos y por la asunción de tareas y responsabilidades propias de la madurez.
César Jiménez Callaba
Asesoramiento: Inés Hidalgo, directora de la revista Pediatría Integral, de la Sociedad Española de Pediatría Extraholpitalaria de Atención Primaria (SEPEAP)
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