Gran parte de la vida de un niño la pasa dentro del hogar. Ya sea por dormir, por hacer los deberes o porque es allí en donde se come, no se puede negar el tiempo que invierte un menor en este lugar. Este es uno de los motivos por los que se debe vigilar la seguridad y limpieza dentro de la casa, con el fin de evitar accidentes en este entorno y evitar malos ratos a los más pequeños.
Sin embargo, hay algunos elementos que pueden pasar desapercibido para las familias y que son capaces de causar pequeños problemas a los más pequeños. Es el caso de velas y algunos productos de limpieza que alteran la calidad del aire tal y como indica un reciente estudio de la Universidad de San Diego. Estos artículos lanzan unas partículas que al ser aspiradas por los niños, ocasionan en ellos problemas respiratorios.
Complicaciones respiratorias
Esta entidad investigó a casi 300 familias residentes en San Diego y en donde estuviera presente al menos un niño menor de 14 años y un fumador. En todos estos entornos se colocaron dispositivos para medir el nivel de las partículas en suspensión. En concreto fueron instalados en el dormitorio del niño y otro en una zona cercana al lugar donde se consume tabaco.
Ambos terminales analizaron continuamente el aire en busca de partículas finas de entre 0,5 y 2,5 micrómetros. Dentro de este tamaño se incluye el polvo en suspensión, las esporas de hongos, las emisiones de automóviles y productos de combustión. Este seguimiento se realizó durante tres meses.
La misión era encontrar partículas de un tamaño suficientemente grande como para tener un impacto en la salud humana Las más grandes son capaces de llegar hasta los pulmones y generar una gran variedad de complicaciones de salud como problemas respiratorios y cardiovasculares.
La influencia del tabaco
Durante los tres meses en los que estos dispositivos transmitieron información sobre la calidad del aire de estos hogares, también se recabó otros datos obtenidos a partir de dos entrevistas por cada familia. En este encuentro se profundizó en las tareas cotidianas que tenían lugar en casa, como cocinar, limpiar y si al realizarlas estaban cerca de las zonas de fumadores.
Los datos desvelaron que los hogares donde se fumaba presentaban un tamaño medio de partículas que era casi el doble que el de los entornos en donde no se consumía tabaco. En el aire se encontraron restos nicotina y otros productos de combustión muy peligrosos para la salud de los niños.
Estos últimos productos procedían de encender artículos como velas o barras de incienso, fritura como modo de cocina o pulverizar productos de limpieza también aumentaba el número de partículas finas en el aire. Por este motivo se recomienda por un lado no fumar donde los niños pasarán gran parte del día y hacerlo siempre en el exterior del domicilio.
Del mismo modo, si se enciende una vela, ha de asegurarse la ventilación de la habitación para que las partículas puedan salir. Mientras más espacioso sea esta zona mejor. También es aconsejable abrir las ventanas mientras se limpia para que el aire se renueve y sea posible asegurar una buena calidad en aquello que respiran los más pequeños en su día a día.
«El objetivo de esta investigación es, en última instancia, hallar maneras eficaces de promover hogares libres de humo y también encontrar buenas estrategias, en general, para reducir la exposición a la contaminación doméstica«, explicó Neil Klepeis, otro de los autores de esta investigación.
Damián Montero
Te puede interesar:
– La OMS plantea prohibir fumar en coches y hogares con niños
– Purifica y renueva el aire que respiras para mejorar tu salud
– La contaminación afecta al embarazo