Hace escasos días, llegaron los estudiantes a casa con su boletín de notas: unos lo agitaban en señal de triunfo y otros, cabizbajos, fueron conscientes de que este verano ¡toca estudiar! Los padres, preocupados, nos enfrentamos al dilema de cómo ayudar a los chavales ante una colección de suspensos en junio.
¿Qué tipo de la ayuda le conviene para aprobar?
Llegados a este punto, la siguiente duda es decidir si debe estudiar solo, contratar un profesor particular o apuntarle a una academia. Evidentemente, cada niño necesitará una ayuda diferente en función de la causa que haya originado sus malos resultados.
Si el problema es por la pura actitud del adolescente, que siendo un chico listo ha tenido un año en el que más bien se ha dedicado a hacer el vago, interesa algún tipo de control mediante un profesor particular o acudiendo a una academia. Las ventajas de éstas son que resultan más económicas, que se ven obligados a cumplir un horario y que periódicamente son examinados por el tutor que les atiende para comprobar que van superando los objetivos marcados.
Un posible peligro es que, en su deseo de responder al objetivo «aprobar en septiembre», sustituyan la acción de pensar que debe ejercer el propio estudiante, haciéndolo un apoyo-dependiente y al chico un estudiante pasivo. Seguramente aprobará en septiembre, pero en el curso siguiente volverá a sus viejos hábitos.
La misión esencial de la academia o profesor particular no debe ser tanto la de explicar los contenidos, sino la de dotar al estudiante de un método eficaz, visión interior positiva y hábito para estudiar por sí mismo. En cuanto a las dudas, lo fácil es explicárselo al alumno y quizás sea lo que esperan los padres. Es lógico que se tienda a esto pero no es lo mejor. Es preferible que sea el propio alumno el que aprenda a resolver sus propias dudas. Para eso, se necesita un poco más de tiempo y destreza por parte del profesor, pero a la larga es más eficaz.
El apoyo externo que pueda recibir nuestro hijo es adecuado si se encamina a que el estudiante sea capaz de superar por sí mismo todas las dificultades que le suponga su trabajo.
Si por el contrario, al indagar en las causas de los malos resultados académicos detectamos alguno de los problemas anteriormente descrito, tendremos que atinar más con la ayuda que le proporcionemos. Ésta tendrá que venir por una doble vía: un plan de trabajo para aprobar en septiembre las materias suspensas y un especialista que vaya corrigiendo la dificultad de nuestro hijo, con idea de continuidad en el siguiente curso, hasta superarlas adecuadamente.
Ideas para elaborar un plan de estudios en verano
1. Evitad a toda costa las comparaciones con otros hermanos o compañeros, solo lograréis dañar su autoestima. Por el contrario, fomentad la satisfacción del trabajo bien hecho, sobre todo si es un poco desastre, pues le hará ganar en autoestima.
2. Al llegar las notas comentadlas con vuestros hijos para intentar conocer qué piensan ellos al respecto, si consideran que son justas o no, cómo se sienten ante estos resultados y qué piensan que pueden hacer para mejorar.
3. Para rendir al máximo hay que estar en condiciones óptimas, por eso evitad que estudie cuando esté cansado (ej. a última hora de la tarde), cuando no se encuentre bien o en horas de mucho calor (ej. después de comer). Por las mañanas después de desayunar puede ser una buena hora aunque, como cada niño es diferente, tendréis que ayudarle al plantear su horas de estudio.
4. Al organizar su horario procurad que el resto de los hermanos también estén ocupados en algo: tiempo de lectura, actividades de refuerzo, que se saquen el carnet de conducir. No es aconsejable que el chico tenga la sensación que es el único que debe trabajar en verano.
5. El estudio en julio será diferente al de agosto. El plan para el primer mes puede incluir el tiempo de la academia o del profesor, más sus horas de trabajo personal. En agosto, al estar en el lugar de veraneo, el horario se rehará en función del plan familiar y las circunstancias del lugar.
Plan de actuación para aprobar en septiembre
Si en agosto ya no tiene apoyo externo al irse con vosotros de vacaciones, es necesario que todos los días dedique un tiempo para repasar los contenidos de sus asignaturas. Para ello, debe marcarse un horario, siempre el mismo, en la misma habitación, a ser posible bien ventilada, iluminada, sin distracciones (ej. la televisión, smartphone o tablet) y disponiendo de todo lo necesario en la mesa para evitar levantarse continuamente.
Ana Aznar
Asesor: Dr. Luis Manuel Martínez. Centro Universitario Villanueva
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