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Altas capacidades: la asignatura pendiente en educación

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En los últimos años, se ha profundizado en la investigación de determinados desórdenes del comportamiento como el TDAH. Sin embargo, las altas capacidades siguen siendo la asignatura pendiente en la educación. Aunque el sistema educativo contempla esta excepcionalidad dentro de la atención a la diversidad, la mayoría de profesores y psicólogos no están suficientemente preparados para identificar y atender las necesidades de los niños superdotados a los que, en demasiadas ocasiones, se confunde con hiperactivos.

¿Qué son las altas capacidades?

Los niños de altas capacidades o superdotados son sujetos con unas capacidades significativamente superiores a la media con un coeficiente intelectual de 125-130 puntos o superior. Sin embargo, no es posible establecer un modelo generalizado de superdotado porque no es solamente un coeficiente intelectual alto.

Actualmente sabemos que no hay un modelo único de inteligencia, sino que existen distintos tipos, es decir, hablamos de las inteligencias múltiples y se han establecido 8 tipos distintos. De este modo encontramos personas que sobresalen en uno o varios modelos de inteligencia y los más excepcionales, que sobresalen en todos los tipos de inteligencia en general. Pero todos ellos poseen alta capacidad para el aprendizaje, una memoria superior a la media y un alto grado de creatividad.

La falta de especialización en la superdotación inteletual lleva a los niños a no ser tratados de manera adecuada. Según cómo se gestione esa inteligencia será más eficaz o no. Y es que la superdotación es más frecuente de lo que podemos pensar. Las estadísticas hablan de que un dos por ciento de la población posee altas capacidades, de los cuales solamente un uno por ciento es diagnosticado. El resto, en muchas ocasiones, recibe diagnósticos que les lleva a creer que tienen problemas de aprendizaje y otros muchos viven sin llegar a descubrir que lo son, sufriendo la incomprensión de su entorno y en riesgo de sufrir fracaso escolar, personal y social.

Sería fundamental que el sistema educativo hiciera pruebas eficientes a todos los niños escolarizados para identificar a aquellos que poseen altas capacidades intelectuales. Y proporcionar a todos los profesionales de la educación la formación adecuada para atender las necesidades específicas que demanda este grupo de alumnos. Tenemos que tener en cuenta que la excepcionalidad de las altas capacidades no radica en un cerebro cargado de información innata, sino en el potencial que poseen y que hay que desarrollar para que sea eficaz.

Niños con altas capacidades: cómo actuar



– Ponernos en contacto con el tutor del colegio y transmitirle nuestras sospechas de que creemos que se puede tratar del comportamiento de un niño superdotado.
– El tutor deberá ponerse en contacto con el Departamento de Orientación Pedagógica.
– El orientador deberá hacer las pruebas pertinentes para confirmar o descartar si es un niño con altas capacidades intelectuales.
– También podemos acudir a un psicólogo privado, especialista en altas capacidades, para que emita un informe.
Si la valoración es positiva y se confirma que el niño es superdotado, el centro realizará la intervención educativa precisa y podrá orientar a la familia.

Cristina Palacios Hernando. Pedagoga

Más información en el libro de Pilar Martín Lobo, Niños inteligentes: guía para desarrollar sus talentos y altas capacidades.

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