Bullying y sobrepeso se han convertido en dos problemas muy presentes en las nuevas generaciones. En ocasiones ambas situaciones se dan la mano, ya que los menores con problemas de sobrepeso son víctimas del acoso escolar por su aspecto físico, que da lugar a numerosas burlas que pueden dejarles marcados de por vida.
Desde la Universidad de Connecticut, se han planteado investigar la relación entre sobrepeso y bullying. Una correspondencia que según han encontrado puede dejar secuelas permanentes en los adolescentes que reciben burlas por este motivo e iniciar un proceso que no favorezca en nada a su situación.
Incremento del sobrepeso
En esta investigación participaron 1.800 personas a quienes se les siguió durante 15 años, desde su adolescencia hasta la treintena. En este tiempo se prestó especial atención en si estos participantes recibían burlas por el peso en su juventud y en cómo afectaban a la larga este acoso. Tanto hombres y mujeres respondieron de igual forma ante el bullying por este motivo: empezaron a comer más para apaciguar estos nervios.
A largo plazo, las burlas por sobrepeso iniciaban un proceso muy peligroso: las burlas por el sobrepeso motivaban a que los adolescentes comieran más, dando lugar a nuevos casos de acoso que provocaban esta respuesta emocional. En definitiva lo que ocurría es que estos participantes incrementaban sus posibilidades de sufrir enfermedades como la obesidad y todos sus problemas derivados.
De igual forma, estos pacientes habían desarrollado secuelas importantes como por ejemplo el hecho de recurrir a la comida cuando pasaban por una situación emocional dura. El cerebro de estas personas respondía aumentando los niveles de ingesta de comida en aquellas situaciones de mayor estrés. En este punto, se señala la importancia de ampliar los tratamientos de atención a las víctimas de acoso.
Si se detecta un caso de acoso escolar, durante su seguimiento la víctima debe ser aconsejada para liberarse de su estrés a través de métodos saludables. Evitar que baje el nivel de sus nervios a través de la comida o la ingesta de otras sustancias peligrosas como el alcohol o el tabaco.
Luchar contra el acoso
Una buena forma de evitar el inicio de este círculo es luchando contra el acoso escolar. Desde la American Psychological Association se dan estos consejos para poner fin a este problema:
Padres:
– Observar la actitud del hijo. Los niños no suelen decir que se encuentran en esta situación. Por ello hay que estar atento a las señales de que el menor está siendo acosado figuran: ropa desgarrada, temor a ir a la escuela, disminución del apetito, pesadillas, llanto o depresión y ansiedad general.
– Enseñar al niño enfrentar el acoso. Los padres deben ayudar a sus hijos a identificar casos de acoso en sus compañeros y a ponerlo en conocimiento de maestros y otras autoridades que pudieran ayudar
– Establezca los límites con respecto a la tecnología. En algunas ocasiones el acoso aparece desde las redes sociales, por ese motivo es conveniente establecer una serie de límites como el tiempo o la privacidad en las publicaciones.
Alumnos:
– Reportar los casos de acoso personal y cibernético. Nunca quedarse callado, si los niños tienen conocimiento de un caso de acoso ya sea porque lo sufren o lo ven, deben saber que tienen que comunicarlo a las autoridades.
– No responder al acoso con violencia. Nunca enfrascarse en peleas que no solucionarán la situación, sino que la hará más violenta y turbia.
Damián Montero
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