Con el ritmo de vida que llevamos las familias hoy en día, cada vez se hace más complicado tener que pensar en menús equilibrados y variados. El principal problema para llevar una dieta saludable en una familia actual es que no podemos cocinar todos los días, por lo que hace falta que todo se pueda cocinar días antes, que sea nutritivo, pero no demasiado sofisticado para el día a día y que se pueda llevar en un tupper.
Con el ajetreo de las familias modernas, la cocina ya no es una prioridad, sino, muchas veces, una carga. Sin embargo, para llevar una dieta sana no es imprescindible pasar en la cocina el mismo tiempo que nuestras abuelas. Olvidamos todos los avances que la tecnología culinaria pone a nuestra disposición: ollas rápidas, comidas que se pueden hacer el fin de semana y congelar, microondas, etc. Lo fundamental es la planificación, tener claro el menú semanal, haber hecho la compra con antelación y dedicarle algún tiempo el fin de semana.
Hábitos saludables, el secreto de una dieta equilibrada
Para llevar nutrición correcta, lo más importante es coger ciertos hábitos saludables. Nos puede servir de referencia seguir nuestra tradicional dieta mediterránea: cuanto más variada sea y más usemos los alimentos de temporada, más seguros podemos estar de seguir una alimentación equilibrada.
El uso de platos precocinados y frituras, la utilización excesiva de lácteos y derivados en lugar de la fruta, el abuso en el consumo de bebidas de refresco y zumos envasados y, por último, el abuso de la bollería industrial son algunos de los principales errores en la alimentación de las familias que puede truncan el buen equilibrio nutricional.
Sin embargo, hoy contamos con una mayor variedad y accesibilidad a verduras y frutas frescas durante todo el año que en el paso. Y además, en las familias, en la escuela y en los medios de comunicación existe una mayor concienciación sobre la necesidad de una dieta saludable.
Una nueva forma de comer en familia
La crisis ha impuesto el tupper en trabajos y colegios. El profesor Pedro Toranzos. director de la Clínica Prodieta, farmacéutico por la Universidad de Navarra, diplomado en Dietética y Máster en Nutrición, explica que «comer de tupper es sano, aunque algunas comidas pueden perder algunas de sus propiedades organolépticas (gusto, sabor, olor) y por ello resultar menos apetecibles. Por ejemplo, sería más recomendable un pescado en salsa que en fritura».
En general, para cocinar varios platos con antelación, que sirvan para guardar un par de días en la nevera y aguanten el transporte en tupper, bien al trabajo o al colegio, tenemos las siguientes alternativas:
1. La pasta. Espaguetis, macarrones, lasaña, tallarines… tanto en preparaciones de boloñesa o carbonara, mejor dejar la pasta cocina a parte y mezclar con la salsa en el momento justo de comer. Aguantan bien las ensaladas de pasta, que admiten todo, desde verduras a proteínas en forma de atún, jamón, queso, pollo, surimi, etc.
2. Arroces. Mejor el largo e integral con el salvado y mezclado con verduras y proteínas como pescado, carnes magras o poolo.
3. Estofados. Tipo albóndigas, con carne magra de ternera y patatas…. Importante evitar congelar las patatas.
4. Verduras. Cocidas, al vapor o rehogadas, se pueden calentar en el momento de comer y aguantan un par de días en el frigorífico.
5. Huevos. Cocidos o en tortilla (meclados con patatas y verduras) se pueden comer de un día para otro, siempre bien refrigerados.
6. Pescados. Se consevan mejor en salsa para comer al día siguiente y llevar en un tupper.
Hacer varias comidas en un mismo hogar es una práctica totalmente desaconsejable. «Las necesidades son distintas, pero se puede resolver administrando diferentes cantidades. Además, las meriendas y medias mañanas serán por fuerza totalmente distintas», advierte este experto.
Lo recomendable es que en el hogar se comparta al menos la cena. Los niños actúan por emulación y se ven animados a comer distintos alimentos que para ellos no son especialmente atractivos al ver a sus padres. Aprenden a «comer de todo». «Una situación bastante frecuente es elegir el menú en función del «capricho» del niño. Independientemente de aspectos educativos, es un error nutricional: los gustos del niño suelen estar limitados a muy pocos alimentos y con poca calidad nutricional», asegura Pedro Toranzos.
Una buena costumbre: desayunar bien
Uno de los principales objetivos nutricionales debería de ser que, tanto hijos como padres, desayunen antes de salir de casa. «Es curioso que en la consulta, cuando pregunto la razón por la que no se desayuna, algunos pacientes me dicen que «a esa hora no les entra nada en el estómago». Sin embargo, en los buffet de desayuno de los hoteles, parece que todos tengamos mucho apetito. Básicamente, se trata de un problema de tiempo, basta con levantarse algunos minutos antes», recomienda este experto.
Otra de las comidas que habría que mejorar sería las medias mañanas y las meriendas. El tradicional bocadillo de fiambre o queso ha sido reemplazado por la bollería industrial.
Y en este sentido, hay que pensar siempre en las cantidades. Si logramos realizar 5 pequeñas comidas al día, llegaremos con menos hambre a la siguiente y nuestro metabolismo reacciiona de manera más activa que si comemos más, pero de manera menos frecuente. Pedro Toranzos afirma que «lo normal es que las raciones que nos servimos estén sobredimensionadas. Se debe comer en cantidades adaptadas a nuestras condiciones: metabolismo basal, actividad física y deportiva…».
Mrrisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Pedro Toranzos. Director de la Clínica Prodieta, farmacéutico por la Universidad de Navarra, diplomado en Dietética y Máster en Nutrición.
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