La vista es uno de los cinco sentidos y como tal hay que cuidarlo para mantenerlo sano. Hay muchas formas de mantener una buena salud en este sentido, pero en otros casos las características genéticas del niño hacen que tengan algún problema que les impida ver de forma adecuada. Uno de ellos es el astigmatismo, un defecto muy común en la población y que no siempre necesita corrección desde el oculista.
Pero, ¿cuándo es necesario acudir al oculista para corregir este problema visual? Lo primero es saber en qué consiste el astigmatismo y conocer sus posibles síntomas para que en caso de detectarlos, llevar al niño a un especialista para que sea él quien determine el estado del defecto y si es pertinente o no iniciar un tratamiento con el fin solucionarlos.
El astigmatismo
La Asociación Española de Pediatría define el astigmatismo como un defecto cuando o la curvatura de la córnea o del cristalino es mayor en un eje. Esto hace que la imagen llegue distorsionada a la retina puesto que los rayos de luz no se enfocan en un solo punto sino que lo hacen por delante y por detrás de esta zona. Habitualmente este problema suele aparecer por causas congénitas.
Los síntomas de este defecto visual son visualizar los objetos deformados o como si fueran dobles. Habitualmente la visión de lejos suele ser mala y es posible que aparezcan dolores de cabeza y picores y enrojecimiento de los ojos. La postura del niño también puede ser una pista ya que el astigmatismo hace que el menor incline la cabeza con el fin de enfocar mejor.
¿Cuándo se debe tratar?
Ante la sospecha de astigmatismo hay que pedir cita con el oculista para salir de dudas y que sea él quien realice un examen de visión al niño. Será esta prueba la que determine si estamos ante uno de estos casos y en la medida en la que el menor se ve afectado por el astigmatismo. No todos los casos requieren de un tratamiento ya que en los casos leves el pequeño puede convivir con este problema.
En estos casos es necesario llevarlo a revisión para comprobar si el astigmatismo ha empeorado y si en esa ocasión se precisa de un tratamiento corrector. Habitualmente para solucionar este defecto en la vista se emplean unas gafas o lentes de contacto con el fin de compensar la deformación que afecta al ojo.
Damián Montero
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