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Sucesos, cómo explicarlos a los niños sin alterarlos

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Hay que saber cómo tratar un suceso con los hijos.

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La vida no es siempre de color de rosa. En ocasiones, el mundo asiste a graves sucesos que pueden ocasionar el miedo en la sociedad y especialmente a los niños, quienes pueden sorprenderse demasiado cuando ocurren estos acontecimientos. ¿Se les debe contar todo lo que ocurre, o es mejor callarse y mantener a los más pequeños en la inocencia hasta que crezcan?

Hilary Ann Salinger, psicóloga infantil, recomienda no esconder estos sucesos a los más pequeños y mantenerlos informados de todo lo que ocurre en el mundo. Eso sí, hay que hacerlo con el tacto adecuado de modo que ni se les quite importancia ni se les asuste demasiado haciendo que crezcan pensando que todo lo que les rodea puede hacerles daño.

Sucesos, no ocultar ni preocupar en exceso

Salinger explica que en la actualidad es imposible mantener a los niños ajenos a estos sucesos eternamente, y más en la actualidad, en un mundo tan conectado. La psicóloga apunta a que siempre es mejor que sean los padres quienes hablen de estos acontecimientos con sus hijos para poder tranquilizarlos. Hay que distinguir entre no ocultar y preocupar en exceso.

Tal y como dice Salinger, los niños son extremadamente sensibles. La forma en la que se diga podrá influir mucho en el modo en el que estos vivan dichos acontecimientos. No se está hablando con un adulto, sino con un menor, y hay que conversar tal y como lo requiere su edad. En este punto, la psicóloga recomienda acompañar al hijo mientras este ve los informativos.

Por otro lado, Salinger explica que si un niño conoce un suceso que le provoca miedo, los padres deben asegurarles que ellos los protegerán a toda costa. De esta forma, la próxima vez vean algo parecido, tendrán la confianza de que sus progenitores los mantendrán seguros.

Punto de seguridad para los niños

Salinger recomienda a los padres crear un punto de seguridad para cuando el niño viva uno de estos episodios a través de la televisión. Esta zona proporcionará seguridad a los más pequeños para hablar de este tema y les hará ver que no pueden ser alcanzados por estos males. Los adultos también tendrán que recordar a sus hijos que están lejos y que es improbable que esto les ocurra a ellos.

Hay que poner encima de la mesa todas las virtudes que tiene la zona en la que vive el niño para que entienda que el peligro no es real en estas zonas. Salinger explica que es inevitable que el pequeño sienta miedo en estas ocasiones, aunque estas hayan ocurrido en otro país. Por esto es tan importante que los padres recuerden que ellos los protegerán.



Las preguntas del suceso: cómo contestar

Es inevitable que el carácter curioso de los más pequeños provoque algunas preguntas difíciles de contestar. Hay que contestar a estas cuestiones porque el hecho de callarse puede hacer entender al niño que el padre también está nervioso y que también está nervioso. Tratar este tema con calma hará saber a los hijos que no hay por qué encender las alarmas con tanta celeridad.

Además, contestar a sus preguntas asegurará que el niño no complete los huecos de la historia con su imaginación haciendo el problema más grande de lo que en realidad es. No hay que posponer la resolución de estas dudas porque puede hacer que los hijos piensen que hay algo malo que hace que su padre esté nervioso y por eso no contesta a estas preguntas.

Damián Montero

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