La línea entre un uso útil y un abuso se cruza con demasiada frecuencia en las nuevas tecnologías. Especialmente, las nuevas generaciones que desde pequeños están acostumbrados a manejar dispositivos electrónicos tienen a emplear smartphones, tablets y ordenadores con mayor frecuencia de la recomendada. De hecho la tecnoadicción se ha convertido en un grave problema en la actualidad.
Desde el Observatorio de Contenidos Televisivos Audiovisuales, OCTA, se advierte de los peligros que tiene la adicción a las nuevas tecnologías. Por ello, durante las jornadas «Las reglas del juego: infancia, adolescencia y pantallas», se ha animado a los padres a que si bien no restrinjan el acceso a internet de los más pequeños, sí que se pongan ciertas normas para su uso.
En nuevas tecnologías no existe precedente
Desde OCTA se afirma claramente que la tecnoadicción es una realidad palpable en nuestra sociedad y que ha aumentado en los últimos tiempos. Por eso, se pide que el acceso a las nuevas tecnologías por parte de la infancia y de la adolescencia quede regulado por el Pacto de Estado Educativo.
Las nuevas tecnologías se han convertido en un pasatiempo habitual entre los más jóvenes. La mayoría de esta grupo de población reconoce que pasa muchas horas empleando estos dispositivos, pero al mismo tiempo también explican que aunque sus padres dedican mucho más de lo que reconocen a estas actividades.
El mayor reto de las nuevas tecnologías es que al contrario que en otros ámbitos de la educación no existe un precedente. Los padres desconocen cómo funciona la mayoría de las veces y esta falta de destrezas digitales hace que no puedan aplicar un control efectivo sobre el uso que sus hijos dan a estos dispositivos. Por otro lado, por mucho que se hable de nativos digitales, nadie nace sabiendo.
Estefanía Jiménez, profesora que participó en este encuentro, señaló que es una mentira afirmar que un «nativo digital» ya sabe los conocimientos necesarios por haber nacido en esta época. La mayoría de los jóvenes desconocen por ejemplo cómo bloquear contactos indeseables, en la práctica la realidad es otra y es que más allá del uso lúdico de las nuevas tecnologías, las nuevas generaciones no tienen las nociones que se les concede en la teoría.
Alfabetización digital en familia
Ante el reto que suponen las nuevas tecnologías para una familia, la mejor solución es la alfabetización digital de todos sus miembros. Todos deben aprender las destrezas necesarias y el funcionamiento de estos dispositivos, así como los riesgos que puede desentrañar el abuso. Desde OCTA se anima también a los poderes políticos a coordinar políticas que ayuden en esta enseñanza a través de cursos orientativos.
De esta forma se pretende prevenir los efectos nocivos que tienen las nuevas tecnologías. El primero de ellos es la falta de atención en otras tareas más importantes. Dedicar horas a smartphones, tablets u ordenadores hace que no se empleen en labores tan importantes como estudiar. La sola presencia de un móvil durante la preparación de un examen es un peligro ya que la llegada de un mensaje ya distrae al estudiante.
También se advierte de los peligros neurológicos que tiene el abuso de las nuevas tecnologías en los más pequeños. Está demostrado que pasar tiempo frente a las pantallas provoca la desconexión de ciertas zonas del cerebro. En este punto, plataformas como YouTube con una ingente cantidad de vídeos incrementan estos riesgos por la cantidad de horas que un joven es capaz de pasar observando contenido.
El último peligro del que se advierte de la tecnoadicción es la agresividad. Al igual que con otras dependencias, decir a alguien que la abandone supone una respuesta malhumorada. En este sentido, la relación entre padres e hijos se enturbia cuando los progenitores piden que dejen de lado el smartphone para dedicarse a otras tareas.
Damián Montero
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