El sol es vital para el desarrollo de los niños de modo que, a pesar de los peligros que entraña la exposición solar directa, en particular en la infancia y en la adolescencia, para el desarrollo de enfermedades en la piel, no podemos dejar de salir a disfrutar del astro rey. El único requisito es insistir en la protección solar desde mucho antes del verano.
Y es que proteger a los pequeños con las cremas más adecuadas, siempre con factor de protección elevado y con aplicaciones a lo largo del día, es fundamental para prevenir el melanoma y no solo durante el verano sino todo el año. La razón es que estudios recientes demuestran que a los 18 años muchas personas tienen su capital solar casi agotado.
La piel es el órgano más grande por extensión de nuestro cuerpo. Os imaginaréis lo importante que es cuidarla y prestarle atenciones y tratamientos específicos. En los bebés y los niños algunas de sus funciones protectoras naturales están aún inmaduras. Por eso, es fundamentar evitar exponer a los bebés y a los niños pequeños a los efectos nocivos del sol en la medida de lo posible, utilizando sombrillas durante el paseo, en la playa y en la piscina, cubriendo su piel con ropa y sombreros, y utilizando siempre correctamente los protectores solares.
Protección solar en niños: por edades
1. Hasta los seis meses de vida se recomienda mejor no utilizar protectores solares, especialmente aquellos que contengan zinc, puesto que puede irritar su delicada piel. Lo mejor es vestirles con ropa fina en colores claros y hacer de la sombrilla su mejor aliada.
2. A partir del año de edad, sigue siendo preferible que no se expongan directamente al sol y tampoco abusar de las cremas pero se pueden utilizar protectores solares en aquellas zonas que no cubra la ropa como cara, manos y piernas, preferiblemente con un factor de protección elevado (SPF 50+). Las camisetas de licra con pantalla de protección son perfectas para protegerles en piscinas y playas.
3. Desde los tres años, es recomendable utilizar cremas solares con SPF 50+. Es necesario aplicar una capa gruesa media hora antes de la exposición y reponerla cada dos horas y tras cada baño. Las nuevas texturas, más fluidas, permiten una aplicación mucho más rápida, algunas incluso sobre la piel mojada.
Los rayos solares son fundamentales para la síntesis de la vitamina D que fija el calcio a los huesos, aumenta el estado de ánimo y fortalece el sistema inmunitario. Pero no hay que olvidar que la piel tiene memoria y todo el daño solar que reciba durante la niñez lo reflejará en la edad adulta en forma de manchas, arrugas y posibles lesiones cancerosas.
Todo lo que la cuidemos hasta los 18 años será un seguro para su salud. No olvides que es necesario aplicar una capa gruesa media hora antes de la exposición y reponerla cada dos horas y tras cada baño.
Elena Arriba Pardina. Especialista en moda y belleza
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