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Autismo en niños, ¿qué señales deben poner en alerta a los padres?

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Qué señales deben alertar sobre la presencia del autismo
Foto: ISTOCK Ampliar foto

Cada niño precisa de unas necesidades específicas. Saber la realidad de cada uno de ellos ayudará a que los padres puedan aplicar las herramientas adecuadas para asegurar una buena calidad de vida a sus hijos. Este asunto se vuelve especialmente importante en casos donde hay un trastorno como el autismo, el cual afecta a las relaciones sociales y a la comunicación de los menores.

Saber reconocer un caso de autismo a tiempo, permitirá a los padres aplicar medidas correctas y buscar ayuda profesional con el fin de hacer más llevadero al niño su situación. Para ello, habrá que fijarse en la actitud de los hijos desde que estos son pequeños, en la evolución y el desarrollo que tienen los más pequeños. Estos son algunos puntos que pueden despertar las alertas en los progenitores.

Antes de los 12 meses

– El niño raras veces dirige la mirada a otras personas

– No da señales de anticipación cuando va a ser cogido

– Presenta una falta de interés en juegos interactivos simples como el «¿Dónde está el bebé?»

– No demuestra ansiedad por la presencia de extraños sobre los 9 meses

Después de los 12 meses

– Menos contacto ocular que los niños de su edad

– No da señales de respuesta a su nombre

– No señala a la hora de pedir

– No enseña objetos a sus conocidos

– Sus respuestas son inusuales ante estímulos auditivos

– Presenta una falta de interés en juegos interactivos simples como el «¿Dónde está el bebé?»

– No mira hacia donde otros señalan

– Ausencia de imitación espontánea

– No presente balbuceo social como si conversara con el adulto

Entre los 18-24 meses

– No señala con su dedo para reclamar algo que quiere

– Tiene dificultades para seguir la mirada del adulto

– No mira hacia donde otros señalan

– Muestra un retraso del desarrollo del lenguaje comprensivo o expresivo

– Falta de juego funcional con juguetes o presencia de formas repetitivas de juego con objetos.

– No realiza ningún juego simbólico

– Falta de interés y cariño por otros niños o hermanos

– No suele mostrar los objetos que posee

– No da respuesta cuando se le llama

– No reacciona, ni imita ni repite gestos o acciones que otros hacen

– Presenta escasas expresiones para compartir afecto positivo

– Reduce la cantidad de palabras usadas

A partir de los 36 meses

Comunicación:

– Retraso en el lenguaje o grave déficit en su desarrollo

– El niño se refiere a sí mismo en segunda o tercera persona

– Entonación anormal

– No da respuestas a su nombre

– Déficit en la comunicación no verbal como por ejemplo no señalar

– No sonríe para compartir su placer o para responder al de los otros

– Reducción en la cantidad de palabras usadas

Alteraciones sociales:

– Imitación limitada, no realiza las mismas acciones que ve

– No muestra los objetos que posee a los demás

– Falta de interés por los niños de su edad

– Falta de empatía ante la felicidad o tristeza de otras personas

– No participa en juegos de imaginación compartidos

– Preferencia por juegos y actividades en solitario

– Relaciones extrañas con adultos, desde una excesiva intensidad a una llamativa indiferencia

– Poco uso social de la mirada

Alteraciones de los intereses, actividades y conductas:

– Insisten en repetir rutinas y se resiste a los cambios en situaciones poco estructuradas

– Demuestra un apego inusual a algún juguete u objeto que siempre busca llevar consigo

– Hipersensibilidad a los sonidos, al tacto y a ciertas texturas

– Respuesta inusual al dolor y a otros estímulos sonoros

– Patrones posturales extraños, como andar de puntillas

A partir de los 5 años

Alteraciones de la comunicación:

– Su desarrollo del lenguaje es deficiente: mutismo, entonación rara o inapropiada, repite todo lo que se le dice, vocabulario inusual para su edad o grupo social

– Uso limitado del lenguaje para comunicarse y tendencia a hablar espontáneamente solo sobre temas específicos de su interés

Alteraciones sociales:

– Dificultad para unirse al juego otros niños o intentos inapropiados de participar en estas actividades de forma conjunta

– Habilidad limitada para apreciar las normas culturales

– Los estímulos sociales le producen confusión o desagrado

– Relación con adultos inapropiada

– Sus reacciones ante la invasión de su espacio personal o mental es extrema

Limitación de intereses, actividades y conductas:

– No participa en juego imaginativo o cooperativo.

– No es capaz de organizarse en espacios poco estructurados

– Falta de habilidad para desenvolverse en los cambios o situaciones poco estructuradas como por ejemplo las excursiones del colegio

– Acumula datos sobre ciertos temas de su interés de forma restrictiva y estereotipada

Damián Montero

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