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Cómo prevenir las intoxicaciones en casa

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Cómo evitar las intoxicaciones en niños
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Un hogar seguro es el deseo de todo padre. Un lugar donde su hijo pueda vivir tranquilo, explorar todo rincón sin peligro alguno. Pero es imposible encontrar un lugar donde criar a un hijo y que no contenga algún riesgo para su salud. Medicamentos, productos de limpieza, posibles alérgenos, esquinas de muebles; todos ellos pueden jugar una mala pasada a los más pequeños de la casa.

Si bien los padres no pueden asegurar un entorno 100% seguro para los niños, sí que pueden prevenir que todos estos peligros alcancen a sus hijos. Un accidente que sucede más de lo que los progenitores quisieran son las intoxicaciones dentro del hogar por culpa de distintos productos. Pero, si se sabe cómo, estos riesgos no conseguirán hacer daño a los menores.

El peligro de los medicamentos

Existe un producto que es más peligroso de lo que a priori puede parecer: los medicamentos. A menudo se cree que las intoxicaciones son causadas por productos de limpieza, sin embargo las medicinas pueden hacer que los niños sufran un severo accidente. Los padres consideran que estos artículos son bastantes seguros debido a que ya cuentan con suficientes medidas de seguridad.

Sin embargo, con tiempo suficiente, los niños son capaces de obtener los medicamentos de estos botes. Ya sea por encontrar la forma de burlar los sistemas de apertura o porque rompan el envase. Por este motivo siempre hay que vigilar que el niño no acceda al lugar donde se guardan los medicamentos, para ello nada mejor que colocarlo en un lugar alto y a ser posible que permita ser guardado bajo llave.

Otro modo de prevenir estos accidentes es que cada vez que se le dé un medicamento al niño, se le debe advertir que esto es algo que sólo pueden usar los mayores. Se ha de concienciar sobre la necesidad de que los más pequeños no pueden utilizarlo porque existe un gran riesgo para su integridad. Tampoco se debe recurrir a métodos como llamar a las medicinas «caramelos» para hacer más llevadera su ingesta ya que esto puede provocar confusión en ellos.

Mucha atención al envase

Uno de los errores más graves en los que se puede caer es cambiar de envase un producto que es capaz de intoxicar a un niño. Un ejemplo es poner lejía dentro de una botella de agua o algún medicamento en un frasco distinto. Mantener el mismo bote donde este artículo se conserva hará más posible su reconocimiento al niño, así como a los padres antes de que pueda provocarse ningún accidente.

Además, los envases también pueden prevenir de intoxicaciones ya que sus
etiquetas pueden advertir de la caducidad del producto o de la presencia de algún elemento alérgeno que pueda comprometer la salud del niño. Prestar atención a estos puntos hará que los posibles accidentes derivados de esta ingesta queden lejos del niño.

Damián Montero

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