Llega un momento en el que todo hijo abandona el nido. Echar a volar es ley de vida, pero en los últimos años esta decisión se ha pospuesto más. No es raro ver a jóvenes cercanos a los 30 en casa de sus padres. La falta de un puesto de trabajo y los bajos salarios a los que acceden las generaciones recién salidas al mercado laboral provocan esta situación.
De hecho más de la mitad de los menores de 30 años todavía viven con sus padres. Así lo revelan los datos de la encuesta sobre los hogares que realiza el Instituto Nacional de Estadística, INE, en donde se confirma la tendencia a permanecer en el hogar paterno de las nuevas generaciones. Un asunto que también termina influyendo en otros aspectos como la natalidad.
Independencia a los 34
Los datos del INE señalan que el 54,1% de los jóvenes de entre 25 y 29 años todavía vive con sus padres. Un porcentaje que aumenta el 52% con el que cerraron los últimos datos recogidos del 2015. Hay que esperar a los 34 años para empezar a ver a las nuevas generaciones independizarse, aun así un tercio de estas personas todavía no se ha marchado del hogar paterno.
Nuevamente la crisis es la que explica esta situación entre los jóvenes. Falta de un puesto de trabajo adecuado al nivel de los estudios y salarios muy bajos entre las nuevas generaciones hacen imposible a estas personas marcharse del hogar paterno y vivir por su cuenta. Gran parte de los menores de 30 años que viven fuera de casa de sus padres confiesa tener que recibir alguna ayuda de sus progenitores para alcanzar final de mes.
Efectos en la natalidad
Sin un hogar donde vivir, es más difícil que un joven se plantee crear su familia. La independencia a partir de los 30 tiene un claro efecto: el retraso de la paternidad y el descenso de la natalidad. España ha visto reducido el número de nacimientos en los últimos años y se precisan de muchos más embarazos para contrarrestar el crecimiento negativo que está experimentando este país.
España precisaría de al menos 719 nacimientos más al día para contrarrestar la tendencia negativa que está experimentando la población de este país. Así lo demuestra el informe que ha elaborado el Instituto de Política Familiar, IPF, los datos de nacidos en 1980 con los de 2014, se aprecia que esta cifra ha disminuido en algo más de 143.000 alumbramientos.
Unos datos que hacen peligrar el relevo generacional, es decir, dos hijos por pareja para garantizar que la población no pierde miembros. Para alcanzar este objetivo en España tendrían que producirse 260.000 nacimientos más al cabo del año, lo que quiere decir que al día tendría que haber 719 alumbramientos más de los que hay a día de hoy.
Damián Montero
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