Los brindis y los discursos constituyen la nota típica de cualquier comida distinguida. El momento más oportuno para realizar un brindis en las celebraciones es ese intermedio que sigue a los postres, es decir, inmediatamente antes del café y los licores. Y es que, una vez acalladas las voces del hambre, los comensales suelen encontrarse más predispuestos a escuchar.
La principal cualidad de un discurso se cifra, principalmente, en su brevedad. En el caso de que el orador, ya sea un familiar o amigo, posea muchas ideas tendrá que intentar condensarlas en pocas palabras.
Así son los mejores brindis en familia y con amigos
Los mejores brindis no son ni demasiado largos, ni demasiado cortos. Ni excesivamente complicados, ni excesivamente sencillos o burdos. Y es que, aunque parezca mentira, realizar un brindis no es tan sencillo como a simple vista puede parecer.
Con los brindis largos, los comensales empiezan a pensar que no casi no llegamos a los postres del banquete y corren el riesgo de aburrirse. Precisamente por ello, la principal cualidad de un discurso se cifra en su brevedad y, ante todo, en su consistencia.
Cada país, una costumbre para brindar
Como curiosidad, conviene recordar que esta costumbre, sumamente habitual en Europa, no existe en otros países como en África, Escandinavia o el Extremo Oriente, por ejemplo.
En estas zonas del planeta los discursos se llevan a cabo antes de iniciar la comida aún a riesgo de que los invitados no se concentren más que en lo que se servirá a continuación o se pasen los diez minutos que dure el brindis contemplando ansiosos la carta.
Los dircursos deben ser breves, en pocas palabras, intentando expresarlas adecuadamente de forma que sean comprensibles para todo el mundo.
Cuando el brindis lo realice un extranjero deberá intentar expresarse en un idioma comprensible para los asistentes, sobre todo si desea realmente que alguien entienda lo que está diciendo. Imaginémonos, por ejemplo, lo que sería un discurso en japonés por corto que éste fuese. Lo más probable es que la audiencia terminase desesperada ante tanto «Hariki matakiso».
Un buen brindis debe constar de 3 partes
En cualquier caso, un brindis, por breve que sea, tiene que constar de tres partes:
– Un saludo al invitado de honor o a los comensales que participen en la celebración.
– Unas palabras que expliquen el motivo de la reunión a todos los participantes.
– Y, por supuesto, unas palabras que expresen los mejores deseos por la felicidad y salud del invitado de honor u homenajeado.
A continuación sólo quedará levantar la copa y beber mientras todos los comensales imitan al orador haciendo exactamente lo mismo.
En el brindis, nada de improvisaciones
Un discurso o brindis puede ser improvisado, pero siempre se corre el peligro no sólo de «aturrullarse» en un momento dado sino de no saber cómo terminarlo.
Y para conseguir la atención de la audiencia, nada de utilizar la tan socorrida cucharilla. Golpear un copa o vaso con una cuchara es ante todo poco elegante.
En el caso de que fuesen varias las personas que tuviesen que pronunciar un discurso, el orden será de «menor a mayor importancia». Es decir, tendremos que procurar que siempre comience a hablar la persona de menos consideración para terminar cediendo la palabra a la que tenga más relevancia.
Cuando haya un presidente de mesa, será éste el que hable primero para después ir cediendo la palabra a quien corresponda en cada ocasión.
Irene Gutiérrez
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