Llegan a este mundo y son totalmente dependientes de los padres. Sin embargo, conforme crecen los niños van ganando autonomía y consiguen realizar cada vez más cosas por ellos mismos. En muchas ocasiones esta independencia respecto a los progenitores hay que fomentarla a través de muchas actividades, incluso se puede comenzar a incentivar desde edades muy tempranas con distintas técnicas.
Una de ellas es el baby lead weaning, una forma de alimentación en la que no solo se empiezan a incluir otros productos, sino que ayuda a que el niño gane autonomía. Una doble función con la que los padres pueden conseguir tener a un hijo con más independencia.
Alimentos a demanda para tu bebé
Lo primero que se busca con el baby lead weaning es que sea el propio niño quien solicite comer. Los pediatras explican que a partir de los seis meses la leche materna o de fórmula ya no es suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales del bebé. Es en ese momento cuando hay que comenzar a introducir alimentación complementaria. Un aporte suplementario que siempre debe ser dictado por el niño en función de sus necesidades.
El objetivo del baby lead weaning es introducir poco a poco distintos alimentos en la dieta del bebé para que se acostumbre a ellos y los demande cuando tenga ganas. Poco a poco se le pueden ofrecer los mismos productos que consumen el resto, siempre vigilando qué se le da, para que vayan acostumbrándose a ellos. De esta forma el pequeño los mordisquea, saborea y experimenta otros sabores.
Los pediatras explican que otra de las ventajas que tiene el baby lead weaning, o alimentación complementaria, es que los más pequeños no precisan de otro tipo de productos. Los mismos que consume el resto, son los que prueban. El segundo punto más positivo es que los niños se van acostumbrando a un ritmo de vida similar al de su casa y se adaptan a este reloj.
Es en este punto en donde entra en juego la autonomía. Al adaptarse a estos horarios es el bebé el que comienza a sentir hambre y pide aquellos alimentos que le han gustado. Además, con estas rutinas son ellos los que consumen estos productos, al tomarlos por cuenta propia van necesitando cada vez menos a sus padres y el momento en el que son ellos los que se sientan a la mesa para manejar los cubiertos, el trance es menos duro para ellos.
Alimentos recomendables para bebés
Como se ha dicho, no todos los productos que consumen los adultos son recomendables para empezar con el baby lead weaning. Estos son algunos alimentos que los pediatras sugieren para aquellos interesados en esta técnica:
– Verduras cocinadas al vapor o ligeramente asadas o fritas. Pueden estar enteras, como judías verdes, brócoli o coliflor, o cortadas en trozos del tamaño de un dedo: calabacín, zanahoria, calabaza, patata, berenjena, etc.
– Frutas y verduras crudas, cortadas en de forma alargada: pera, plátano, mango, ciruela, aguacate, pepino
– Carne guisada, cocida o a la plancha, cortada en tiras o con una parte larga para poder agarrarlo: pollo, ternera, pavo, cordero, cerdo, etc.
– Tacos alargados de queso, pan o tostadas, colines, tortas de arroz, bolas de arroz o arroz cocinado de cualquier forma, mini sándwiches, etc.
– Evitar los productos con azúcares añadidos y excesivo nivel de sal.
Del mismo modo, los pediatras dan estas recomendaciones a los padres a la hora de iniciar el baby lead weaning:
– El bebé sabe cuánta cantidad de comida necesita. No hay que meterle prisa ni obligarle a comer.
– Es bueno darle el pecho tan a menudo como lo pida y completar su dieta con trozos de alimentos fáciles de manipular.
– Si toma biberones, conviene mantener al menos 4-5 tomas al día.
Damián Montero
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