El descanso es además de placentero, y justa recompensa a un día duro, una de las mayores necesidades que tiene el ser humano. Qué decir tiene de la importancia que supone dormir para los más pequeños de la casa, quienes si prescinden del sueño o pasan una mala noche terminan por pagarlo en el colegio. Aunque las jornadas de somnolencia podrían no ser las únicas consecuencias.
Un estudio del Hospital Pediátrico General de Massachusetts, en Boston, señala que junto con los problemas que todos asociamos a la falta de sueño hay muchos otros. Y que estas consecuencias no se manifiestan en el corto plazo, más adelante, durante la preadolescencia los niños que duermen mal suelen presentar otros síntomas.
Menos atención
Este estudio explica que la falta de sueño en la niñez tiene eco en la preadolescencia en forma de menos atención. El control de las emociones también se ve comprometido por este menor descanso durante los primeros años de vida de una persona. Esto es lo que se ha demostrado con este estudio en donde han participado 1.046 menores y en las madres de los mismos debían contestar a preguntas sobre qué hacían sus hijos en la cama.
Entre los 3 y los 4 años, los niños precisan de aproximadamente 11 horas diarias de sueño. Sin embargo, este grupo no contaba con este descanso recomendado y pasaba en la cama menos tiempo, algo que tenía consecuencias pronto. Concretamente, hacia los 7 años los cuestionarios que rellenaron madres y profesores hicieron hincapié en que la función ejecutiva de estos menores no era la correcta.
Es decir, aquella parte de su cerebro destinada a controlar las emociones y la que hace que el niño tenga una buena o mala capacidad de atención. Los datos revelaron que los niños con menor cantidad de sueño, veían mermadas sus funciones ejecutivas en las edades posteriores. Es decir, les costaba seguir más la lección en el colegio y no desarrollaban algunas habilidades como la empatía.
Claves para conciliar el sueño
No solo los niños deben saber cómo conciliar el sueño, todos en casa deben mantener un buen descanso. Estas son algunas claves para conseguirlo:
1. Practicar ejercicio. El ejercicio aeróbico moderado es el que aporta mayores beneficios. Un sistema que nos permite liberarnos del estrés y las preocupaciones diarias. Por eso, es fundamental que realicemos alguna actividad con la que nos sintamos cómodos y plenos como caminar, montar en bicicleta, bailar…
2. Tener una buena zona de descanso. Nuestro lugar de descanso tiene que ser un oasis de paz que nos permita una desconexión total. Tenemos que evitar estímulos externos móviles, portátiles y todo dispositivo electrónico para evitar el insomnio tecnológico.
3. Horarios y rutina. Nuestro cuerpo necesitar un horario establecido e intentar ir a la cama a la misma hora, en la medida de lo posible. Esto facilitará que el organismo entre en un estado de relajación ideal para dormir y despertarse reconfortado.
4. Tranquilidad. Los conflictos no son buenos en, pero menos ningún aspecto de nuestra vida, pero lo son aún menos para conciliar el sueño. Evita los conflictos y los malos pensamientos antes de irte a dormir, no pienses en nada negativo y date un respiro durante ese momento.
5. Evitar leer y mirar la televisión. El lugar de descanso solo debe ser asociado al sueño, de manera que debemos intentar realizar otro tipo de actividades en otro momento y lugar.
Damián Montero
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