Del éxito que tengan los niños en el colegio dependerá su futuro profesional. Cumplir con los objetivos curriculares es algo vital para los más pequeños de la casa, aunque existen numerosos problemas que pueden alterar su vida académica. Entre ellos se encuentra el retraso escolar, un asunto que puede derivar en fracaso de la vida estudiantil de los más pequeños.
Es muy importante identificar estos problemas cuando se producen y evitar que finalmente el retraso escolar se transforme en fracaso. Las señales son varias y cuanto antes se identifiquen, más pronto se les podrá poner remedio y hacer que el niño los supere para tener éxito en sus estudios.
Qué es el retraso escolar
La Asociación Española de Pediatría, AEP, define el retraso escolar como aquella situación en la que un niño «no alcanza los objetivos curriculares y se produce un desequilibrio entre sus capacidades y la exigencia escolar, derivando en uno o varios suspensos». La reiteración de estos casos deriva en el fracaso en los estudios y abandono de los mismos por parte de los estudiantes.
Estas son algunas de las causas que provocan el retraso escolar entre los estudiantes:
– Déficit cognitivo o de la capacidad intelectual. Los estudiantes con una menor capacidad intelectual suelen tener fracaso escolar o académico, aunque puedan contar con otras capacidades para la música, el arte, la escritura, etc.
– Déficit de atención. Aquellos niños con trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad, suelen fallar a la hora de prestar atención durante un tiempo y la atención selectiva (capacidad para seleccionar los estímulos relevantes de los irrelevantes). De esta forma el niño se ausenta mentalmente de la explicación del profesor y falla en la comprensión.
– Falta de motivación para el estudio y problemas psicológicos. Una desmotivación se produce cuando no se obtiene el rendimiento adecuado porque no el niño no está acostumbrado a esforzarse o porque cuenta con una buena sintonía con el profesorado o con los compañeros. La monotonía y la rutina facilitan el desinterés al igual que los problemas del estado de ánimo, una baja autoestima y preocupaciones o miedos lo facilitan.
– Ausencia de supervisión familiar. Los alumnos deben contar con un interés real de sus padres hacia su desarrollo escolar. Si en casa se tiene una actitud permisiva y con escasa implicación tanto en las tareas escolares como en las entrevistas con los profesores puede conducir al retraso.
– Separación de los padres y otros problemas emocionales. Los períodos de separación de los padres pueden desestabilizar al niño. Estos eventos son traumáticos al igual que los cambios de normas y límites o cuando existe chantaje emocional.
– Proteccionismo y falta de responsabilidad. Los padres deben enseñar a sus hijos para que acepten sus responsabilidades a medida que van creciendo. Según crece el niño, debe hacer más cosas por sí solo e ir aprendiendo de sus errores y de sus aciertos. El paternalismo y la falta de responsabilidad facilitan el retraso.
– Déficit neurológico o sensorial. En ocasiones, una enfermedad neurológica o sensorial como una ceguera o sordera paracial puede condicionar el seguimiento de las explicaciones del profesor en clase.
Cómo evitar el retraso escolar
Todas las personas relacionadas con la educación del niño pueden hacer por prevenir el retraso escolar en los niños. Concretamente esto es lo que pueden hacer cada una de estos entes:
– Familia. La familia debe coordinarse con la escuela y comprometerse a tener presencia en el colegio manteniendo entrevistas con los profesores sobre sus hijos. Es conveniente recurrir, cuando exista, la «intranet educativa» o una página web del centro para comunicarse con el profesorado. En el hogar también se deben vigilar los tiempos y las tareas escolares asegurando un lugar fijo para el estudio y garantizando períodos de concentración.
– Niños. Los niños deben aprender que tienen responsabilidades que deben asumir para asegurar su aprendizaje y formación. Así obtendrán una adecuada autoestima y unas buenas relaciones con sus compañeros y profesorado son necesarias para mantener alerta una buena disposición para el estudio.
– Profesores. El profesorado debe alertar a la familia ante los primeros síntomas de retraso o falta de adecuación dentro del contexto escolar. Un niño al que hay que reprender continuamente, dirigirle la atención sucesivamente, que no lleva los deberes hechos, o que no comprende los contenidos de clase es candidato a un posible retraso, que de no ser detectado a tiempo o de no implicarse cada uno de los factores mencionados, puede desencadenar en el fracaso escolar.
Damián Montero
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