Si fumar es un hábito malo para cualquier persona, para una embarazada se vuelve aún peor. No es solo la madre la que se ve afectada por los productos que contiene un cigarrillo, también el niño que vive en su vientre recibe estos efectos nocivos. De hecho es consabido el riesgo que supone seguir con estas prácticas y los ginecólogos siempre advierten de que junto al alcohol, el tabaco debe quedar en segundo plano.
Sin embargo, muchas madres siguen con este peligroso hábito pese a estar embarazadas. Así lo refleja el estudio que ha realizado la Sociedad Catalana de Atención y Tratamiento del consumo del Tabaco, que asegura que aproximadamente la mitad de las mujeres fumadoras, mantienen el consumo de cigarrillos cuando están embarazadas.
El 25% de las mujeres fuman
De este estudio también se ha desprendido que aproximadamente el 25% de las mujeres en edad fértil son fumadoras. De este grupo de posibles madres, más de la mitad de ellas prosiguen con este peligroso hábito cuando se quedan embarazadas, el resto consigue dejar el tabaco mientras están encintas, aunque pocas consiguen dejarlo de forma permanente y recaen una vez que su hijo ha nacido.
Este trabajo también ha servido para señalar que aproximadamente el 70% de las madres que dejan de fumar durante el embarazo, recaen una vez que su hijo ha nacido. Con lo que la probabilidad de seguir consumiendo tabaco en caso de que se entre en una segunda gestación ya que la adicción sigue en pie. Los especialistas recuerdan los peligros que tiene tanto para la mujer como para el feto el uso de los cigarrillos en este periodo.
Peligros de fumar durante el embarazo
Fumar en el embarazo tiene muchos riesgos. Para la madre todos los que tiene el tabaco: aumento de la probabilidad de cáncer de pulmón, deterioro de la calidad de vida, estrés causado por la adicción a la nicotina, sensación de ahogo más rápido. Pero el niño que se encuentra en su vientre es sin duda el más perjudicado. Aquellos bebés que nacen de mujeres con estos hábitos suelen hacerlo con un peso menor al que deberían tener, lo cual repercute seriamente en su desarrollo.
Además, estos niños también pueden ser blanco de problemas respiratorios y padecer asma infantil. Otros de los asuntos que afectan a su salud son las otitis y otros tipos de infecciones que hacen que los bebés tengan más difícil sobrevivir. Aunque lo que más debe preocupar a la madre fumadora es que este hábito puede costarle perder al niño ya que se incrementan las posibilidades de aborto.
Y no solo en el presente el niño queda afectado por el hábito de la madre. En el futuro, el hijo nacido de mujer fumadora hace que tiene más probabilidad de ser estéril debido a las mutaciones que sufre su esperma por culpa del tabaco. Estas alteraciones también pueden causar en el niño otros problemas como hiperactividad y otros trastornos del comportamiento.
Los expertos también señalan que no solo la madre debe abandonar el tabaco cuando se queda embarazada. Todos los miembros del hogar deben dejar este hábito cuando comience la gestación ya que si la mujer que es fumadora pasiva también puede presentar complicaciones en este periodo ya que la exposición al humo hace que exista más probabilidad de tener alguna alteración en su sistema neurológico.
Damián Montero
Te puede interesar: