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La importancia del pescado en la dieta de los niños

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Una dieta equilibrada es sinónimo de salud. Los platos que se comen cada día en casa deben estar compuestos por distintos ingredientes. Carnes, huevos, cereales y pescados. Todos ellos tienen importantes beneficios para los más pequeños de la casa. En concreto los productos que llegan desde el mar ofrecen a los niños elementos que serán clave en su desarrollo.

Proteínas, vitaminas (especialmente Ay D), y minerales como el yodo, calcio o selenio. Todos estos elementos están presentes en el pescado, alimento que debe estar presente en la dieta de los más pequeños de la casa y que puede prepararse de muchas formas para hacer más atractivo estos platos en el día a día de los niños.

Qué pescados existen

No solo existen muchas formas de preparar el pescado, existe una gran variedad de estos alimentos. Esta es su clasificación en relación a la cantidad de materia grasa que contienen:

Pescados magros o blancos. A este grupo pertenecen los que tienen menos de un 1 % de grasa, algunos ejemplos son la merluza, el bacalao, el lenguado o el gallo.

Pescados semigrasos. Pertenecen los que cuentan con una proporción del 2 al 7% de grasa, es el caso del emperador, la trucha, el salmonete, el besugo o la palometa.

Pescados grasos o azules. Son los que tienen más de un 7 % de grasa, como la sardina, la caballa, el arenque, la anchoa, el boquerón y el atún.

Cuánto pescado hay que comer

Desde el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, que promueve el Ministerio de Sanidad, explica que lo correcto es tomar de 3 a 4 raciones semanales de pescado blanco y 2 en el caso del azul. Estas porciones deben ser de 50 a 85 gramos después de haber sido limpiado y retirado las espinas.

Cómo hay que cocinar el pescado

En algunos hogares existe la preocupación de la presencia de elementos peligrosos como el mercurio en los pescados. Este elemento se genera naturalmente en el medio ambiente y cuando se arrastra en ríos, mares y océanos se transforma en metilmercurio que suele acumularse en algunos animales marinos que terminan siendo ingeridos por el ser humano.

El metilmercurio tiene un gran riesgo para el ser humano ya que es capaz de atravesar la placenta y provocar severos daños en el sistema nervioso de los niños. Los pescados de mayor tamaño son los que mayores niveles presentan de este elemento, por lo que las embarazadas deben evitar en la medida de lo posible los platos que contengan este tipo de alimentos.

No existe ningún modo de eliminarlo limpiándolo o cocinándolo. Pero sí se pueden disminuir los niveles de metilmercurio al eliminar la piel y parte de la materia grasa del pescado puesto que este elemento suele adherirse a los tejidos de estos animales marinos.

Otra opción para evitar la presencia de este «ingrediente» es decantarse por algunos pescados que tienen escasos niveles de metilmercurio como el salmón, la sardina, la trucha, o elegir mariscos como la gamba, camarones, o moluscos como los calamares.

Damián Montero

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