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Chicos y chicas, distintos hasta en el modo de aprender

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Está claro que hombres y mujeres, chicos y chicas, somos biológicamente diferentes y esto también se refleja en un distinto modo de aprender. Por tanto, las estrategias del profesor ante unos y otros deberán ser variadas para sacar lo mejor de cada uno; así como las técnicas a la hora de organizar el estudio personal en casa.

Conocer para ayudar mejor, quizá este debería ser el lema de todo buen educador, padres y profesores, ya que no hay niño o niña igual a otro.

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Maneras de ser y de aprender

Niños

– Utilizan sobre todo su inteligencia lógica y abstracta.
– Poseen mayor capacidad viso-espacial.
– Experimentan y potencian un mayor desarrollo físico.
– Son muy competitivos.
– Buscan un liderazgo natural.
– Son bastante impulsivos.
– La disciplina y la autoridad de padres y profesores les da seguridad.
– Son exploradores y aventureros.
– Tienen más pensamiento deductivo.
– Retienen mejor los datos objetivos (datos, fechas, etc.).
– Les encantan las actividades arriesgadas y las emociones fuertes.
– En sus relaciones de amistad buscan el respeto de los demás.
– Prefieren los juegos al aire libre.
– Desde pequeños utilizan la fuerza física para marcar su territorio.
– En el plano de la afectividad, aparentemente son rudos e insensibles, aunque en la etapa adulta manifiestan su ternura.

Niñas

– Poseen mejores y más tempranas habilidades lingüísticas.
– Son más responsables, aplicadas y perseverantes.
– Adquieren la madurez personal e intelectual antes.
– Son más afectivas, solidarias y colaboradoras.
– Son más sociables y mejores comunicadoras.
– Se manifiestan menos impulsivas y más reflexivas.
– Sus relaciones se basan en la amistad, confianza y aceptación.
– Echan mano frecuentemente de sus sentimientos.
– Elaboran sus conclusiones a partir de datos y pequeños detalles.
– Se fijan más en los datos subjetivos (anécdotas, relaciones personales, etc.).
– Huyen del riesgo, son más precavidas.
– En el juego no buscan impulsividad ni contacto.
– Si alguien les molesta, utilizan la mente y las palabras para alejarla.
– En su afectividad son detallistas y delicadas.

Consejos para el profesor

Con los chicos:

1.- Mantener siempre la disciplina en la clase.
2.- Exigir respeto entre alumnos y con los profesores.
3.- Idear sistemas de competición entre equipos de clase.
4.- Ayudar a ordenar su entorno y a organizarse.
5.- Juegos de lectura, ortografía, etc., con ganadores.
6.- Utilizar constantemente positivos y negativos.
7.- Proponer modelos de conducta heroicos.
8.- Ejercicios de lógica y geometría.
9.- Competiciones deportivas en los descansos.
10.- Concesión de premios al esfuerzo y a los mejores estudiantes.

Con las chicas:

1.- Conversar con ellas brevemente al comienzo de la clase.
2.- Cuadernos limpios y perfectos.
3.- Sacar partido de su buena expresión oral y escrita.
4.- Que se sientan queridas y comprendidas.
5.- Clase muy decorada, con mucho color.
6.- Debates y preguntas que les hagan pensar.
7.- Valorar muy positivamente los trabajos bien hechos y acabados.
8.- Trabajar frecuentemente problemas en matemáticas.
9.- Enseñarles a respetar la opinión de los demás.
10.- Premios concedidos por ellas a los mejores compañeros.

Consejos para los padres

1.- No debemos comparar las trayectorias académicas de nuestros hijos de distinto sexo. Aprender a ritmos distintos.

2.- Las conversaciones periódicas con el tutor/preceptor del colegio nos permitirá conocer mejor a nuestros hijos e hijas.

3.- Los hijos varones harán mejor los deberes si les evitamos las distracciones y les marcamos el tiempo para hacerlos. El horario es fundamental.

4.- A nuestros hijos les motivan las notas, a nuestras hijas las felicitaciones.

5.- Los positivos y negativos también funcionan en casa. El mejor reconocimiento a su éxito, un beso y una sonrisa.

6.- A las niñas hay que dedicarles mucho tiempo. Nos tienen que contar sus «cosas», que para ellas son importantísimas. Los chicos nos contarán cuántos goles han metido.

7.- Desde que son muy pequeños debemos contar cuentos a nuestros hijos. Despertar la afición a la lectura es el mayor regalo que les podemos hacer.

8.- Las hijas estarán encantadas de ayudar en los deberes a los más pequeños si lo necesitan.

9.- Cuando veamos los cuadernos de hijos e hijas, valoraremos mucho el esfuerzo de unos y otras, aunque la diferencia puede ser notable a favor de ellas.

10.- Las niñas son capaces de concentrarse en su trabajo durante más tiempo sin distraerse. Con los chicos debemos tener más paciencia y ayudarles a organizar su trabajo.

María Lucea
Asesoramiento: Almudena Narbón. Profesora del Colegio Montealto. Máster del Instituto de Estudios de Educación.
José María Gil. Profesor del Colegio Retamar. Pedagogo y Orientador Familiar.

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