Quizás no llegará el día en el que los padres no tengan que pelear con sus hijos para que estos coman verduras o alimentos saludables. Más de una vez todo progenitor ha tenido que ponerse duro con los más pequeños de la casa para que estos se tomen lo que se les ha puesto en la mesa. Pero sin embargo todo podría ser una cuestión de vocabulario.
Así lo indica un estudio realizado por la Universidad de Chicago en donde los investigadores se encontraron con una curiosa sorpresa: para conseguir que los niños coman alimentos saludables lo mejor es dejar de llamarlos de esta forma. Simplemente hay que hacerlos atractivos de otro modo.
Cambiar el adjetivo de las palabras
Uno de los medios con los que se intenta hacer más atractiva esta comida es resaltar los beneficios que tienen para la salud. Ya sea porque las zanahorias mejoran la vista o porque las espinacas harán a los niños más fuertes. En definitiva, centrarse en los aspectos positivos para los niños. Pero, ¿y si en lugar de «sana» a esta comida se le diera otro adjetivo?
Los investigadores de la Universidad de Chicago tomaron dos grupos de muestra formados por niños a los que se le ofrecía el mismo producto: unas galletas. Por un lado a los primeros se les dio un producto con beneficios para la salud, mientras que al segundo se les presentó un alimento delicioso y de buen sabor.
Aquellos niños a quienes se les había ofrecido unas galletas deliciosas consumieron más estos artículos que aquellos a los que se les había dicho que obtendrían beneficios para su salud. Otro estudio de este equipo también apoyaba esta teoría. En aquella ocasión lo que se les presentó fue una bebida que por un lado fue calificada como sana y por otro simplemente como un nuevo producto.
Al igual que con las galletas, los niños consideraron más atractivo el adjetivo «nuevo» que el de «saludable». ¿El problema? Habitualmente los más pequeños tienen asimilada la idea de que algo saludable no tiene buen sabor por lo que asocian este término a algo que no les va a gustar. La clave es que desde un primer momento alimentos como verduras se presenten en caso como algo delicioso para el paladar.
Anticiparse a los mensajes del exterior
La concepción de alimentos saludables como algo poco sabroso llega especialmente desde la televisión. Muchos dibujos animados pintan las verduras como algo que no gusta y productos como galletas de chocolate o dulces como lo verdaderamente sabroso. Además la publicidad no ayuda ya que los spots de comida rápida suelen calar más que los que promocionan artículos que benefician a la salud.
En casa hay que anticiparse a estos mensajes. Para ello lo mejor es animar a los niños a participar en la elaboración del menú, a familiarizarse con las verduras y otros productos desde muy pequeños. Se les debe permitir probarlos y hacerles ver que tienen un sabor bastante agradable al paladar. Hay muchas formas de preparar verduras, sólo hay que encontrar aquella que sea atractiva a los ojos del niño.
Damián Montero
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