Cuando un niño llega a este mundo antes de tiempo, este se enfrenta a numerosos peligros ya que no ha terminado su desarrollo en el vientre materno. En la actualidad, pese al aumento del control ginecológico, la tasa de partos prematuros ha crecido entre un 8 y un 10%. Estos bebés necesitan más cuidados para prevenir todos los riesgos que los amenazan.
Cuidados que deberían mantenerse más allá de sus primeros años de vida ya que las particularidades que tienen estos niños los hacen más proclives a sufrir algunas infecciones y otras afecciones. Así lo aseguran varios expertos de la UCI Neonatal del Hospital Montepríncipe de Madrid.
Cuidados tras el alta
Habitualmente los bebés prematuros reciben el alta después de cumplir las 35-36 semanas de edad y haber alcanzado los 2.000 gramos de peso. Estos especialistas indican que aunque el niño abandone el centro hospitalario, todavía no está neurológicamente desarrollado como un niño nacido a término. Esto puede suponer que sus señales para pedir comida o para indicar que tienen sueño sean muy difíciles de interpretar por los padres.
El menor desarrollo neuronal de los niños prematuros también puede provocar que tarde en adquirir las rutinas de alimentación y sueño. Habitualmente suelen dormir más de las 16- 18 horas que descansan los niños que han cumplido los bebés que han cumplidos con los plazos de gestación. En este sentido, los especialistas recuerdan la necesidad de asegurarles una postura segura: boca arriba y sin juguetes a su alrededor.
Para garantizar la seguridad de estos bebés la temperatura de la casa debe estar por encima de los 22 grados habituales ya que el niño prematuro por su poco peso, y mayor superficie corporal en relación a su grasa, puede necesitar más apoyo para mantener el calor. De este modo se evitará que parte de las calorías procedentes de la alimentación se empleen en mantener dicha temperatura y no para ganar kilos.
Evolución de los prematuros
Estos cuidados de los bebés prematuros deben extenderse más allá de los primeros años de vida del niño. Aunque esta etapa sea crucial para terminar el desarrollo que no tuvo en el vientre de la madre, en el futuro estos pequeños también necesitarán apoyo por parte de sus familiares y otros especialistas para solucionar posibles problemas derivados de su condición.
Estos niños deben ser seguidos de cerca por un médico que evalúe su desarrollo año a año para analizar posibles problemas. De este modo se podrá advertir antes de tiempo asuntos que puedan entorpecer su desarrollo intelectual y que les haga quedar por detrás de sus compañeros en el colegio.
«Es importante conocer con detalle esos problemas, tanto a medio como a largo plazo, actualizar los programas de seguimiento de los niños y niñas prematuros y destinar los recursos sanitarios y educativos necesarios para cubrir sus necesidades», concluyen estos especialistas.
Damián Montero
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