Con la llegada del nuevo año, muchas personas toman consciencia de la necesidad de implementar un cambio. Las crisis vitales afectan a 3 de cada 5 españoles y la frase más repetida en la crisis vital es «no puedo más», «necesito un cambio».
Quienes sufren estas crisis de emociones reprimidas sufrirán ira, resentimiento e impotencia, consiguiendo que muchos no logren conciliar el sueño, sufran alteraciones en el peso o fumen compulsivamente. Una crisis vital es la que sufre por cambios de edad, por cambio de dígito, a los 40, a los 50, divorcios, separaciones o por la marcha de los hijos.
Causas que predisponen a una crisis vital
Las personas que sufren una crisis vital atraviesan diversas desventuras propias de las crisis y cambios de etapa vital en la vida adulta como son:
– el reciente fallecimiento de una pareja tras una enfermedad dolorosa,
– las peripecias económicas de una familia monoparental,
– la vejez y la desvitalización progresiva de una enfermedad de los padres,
– una pareja tóxica,
– un divorcio con hijos pequeños a cuestas…
También entra en juego la reedición de otros viejos pesares que creíamos haber sanado, heridas de la infancia y de la juventud se reabren frente a la sensación de abandono. Otra vez, surge la soledad y el temor para caer en la trampa del desamparo. Verónica Rodríguez Orellana, Directora y Terapeuta de Coaching Club explica que «quienes sufren estas crisis que las emociones reprimidas ante las injusticias vividas recuperan la vigencia con una fuerza descontrolada: ira, resentimiento e impotencia, consiguiendo que muchos no logren conciliar el sueño, sufran alteraciones en el peso o fumen compulsivamente».
«Para superar encrucijadas vitales como enfermedades, fallecimientos, desventuras económicas, debemos ser conscientes de estas emociones y cómo afrontar las dificultades nos predisponen a la salud y a la enfermedad», explica Rodríguez Orellana.
«Se trata de alinear lo que siento, lo que pienso y lo que digo; es decir, el contacto con las emociones, la producción del pensamiento que estas motivan y su traslado a la comunicación oral», añade esta psicóloga.
Cómo superar crisis vitales
Ideas para conseguir los objetivos perseguidos con una doble finalidad: la proyección y el emprendimiento.
1. Proyectarse consiste en estimular y promover nuestra creatividad para transformar la realidad y hacerla más atractiva y fascinante, ya que todo es susceptible de ser modificado», explica la Directora de Coaching Club.
2. Emprender un cambio es abrir un abanico de posibilidades, ponerlas en juego y conectarse con las emociones sin temor a recorrer el camino ni a extraviarse. «Se trata de alinear lo que siento, lo que pienso y lo que digo; es decir, el contacto con las emociones, la producción del pensamiento que estas motivan y su traslado a la comunicación oral», concluye Verónica Rodríguez Orellana.
El juego como superación de la crisis vital
Dentro de nuestro desarrollo evolutivo, el juego tiene un protagonismo fundamental. Jugando con la realidad desarrollamos la imaginación, abrimos la mente a la fantasía, incorporamos el aprendizaje y contactamos con nuestras emociones.
Sin embargo, a medida que crecemos, los convencionalismos establecen que la condición de adulto está reñida con el juego: no está bien visto que un maduro serio y cabal se ponga a jugar. De este modo, la creatividad va menguando y nuestra capacidad y nuestro atrevimiento para transformar la realidad van quedando relegados.
Es por ello que hacer un cambio en nuestra vida resulta similar a comenzar un juego nuevo, a desarmar lo armado.
«Esta innovadora terapia facilita que podamos revertir situaciones de grandes conflictos emocionales, por ejemplo, en casos de baja autoestima en los que se utilizan procesos creativos bien estructurados que estimulan la confianza y que hacen emerger los problemas a través de lenguajes verbales y no verbales», explica Verónica Rodríguez Orellana.
En las sesiones de coaching grupal, los participantes interactúan con materiales plásticos (pinturas, collages, etc.), literatura, música; incluso con el cuerpo, llevando a cabo un proceso de autoconocimiento, de aceptación y avance sobre sus problemas más enquistados. Son herramientas que operan como válvulas de escape que, además, ofrecen modelos de fortaleza y de gran autonomía.
El arte y la creatividad son aspectos inherentes al ser humano; todos podemos desarrollarlos e incorporarlos como herramientas que habiliten la expresión y que nos aporten la posibilidad de alcanzar una buena gestión del equilibrio emocional.
Marina Berrio
Asesoramiento: Verónica Rodríguez Orellana, Directora y Terapeuta de Coaching Club
Te puede interesar:
– Muerte de un ser querido, cómo superar el duelo