Las vacaciones de Navidad son, para los adultos, sinónimo de un par de kilos de más con tanta comida. Pero ahora también se sabe que los niños tienden al sobrepeso en los momentos de ocio.
Así lo ha determinado un reciente estudio publicado en la revista Obesity y en donde se advierte a los padres de que los niños son más propensos a engordar durante las vacaciones. Tiempo libre dedicado al sedentarismo y un descontrol del horario de comida parecen ser las principales causas de este asunto.
Más obesidad al inicio de curso
Para analizar cómo influían las vacaciones en el peso de los niños, estos investigadores revisaron el peso y la altura de varios alumnos de distintos colegios en Texas para volver a conseguir los mismos registros al final del curso escolar. Este proceso se repitió durante tres años para comprobar si se repetía un patrón en cuanto a menores con problemas de sobrepeso y si estos aparecían en algún momento determinado.
Efectivamente el estudio desveló que era al inicio de curso, es decir, tras las vacaciones de verano cuando más niños con sobrepeso había. En concreto en esta época del año un 23% de los alumnos de estos colegios tenía un índice de masa corporal superior al recomendado para su altura.
Además el porcentaje de menores obesos era del 9%. Sin embargo durante el año escolar los datos se mantuvieron estables.Al concluir el curso y volver a empezar el nuevo año escolar, los datos habían aumentado a un ritmo de tres puntos porcentuales. Unos datos que mostraban que eran las vacaciones los periodos en los que los niños tienen más riesgo de aumentar de peso y llegar a tener graves problemas relacionados con ellos.
Entornos menos estrictos
Los autores señalan que esta tendencia se relaciona directamente con los entornos menos estrictos en los que viven los niños durante el periodo vacacional. Mientras que durante el curso escolar los alumnos se adaptan a un horario y sus comidas se reparten a lo largo del día de un buen modo, llegada la etapa de descanso este ritmo no sigue alterando el metabolismo del niño.
Mientras que durante el curso el niño come a determinadas horas, en las vacaciones es posible que pique entre horas distintos productos como patatas fritas, snacks altos en grasa o chucherías. Algo que hace coma más que mientras está acudiendo a clases. Además en el colegio existe un mínimo de ejercicio físico relacionado con asignaturas como educación física.
Por otro lado en el periodo vacacional es más probable que los niños practiquen un estilo de vida más sedentario en el que apenas esté presente la actividad física. ¿La solución? Planear salidas en donde estén presentes el movimiento: paseos por el parque, en bicicleta. Quedarse en casa es la opción que menos debe ser practicada por los más pequeños mientras no acuden al colegio.
Damián Montero
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