Todas las rupturas sentimentales suponen incomodidad y un cierto nivel de dolor. Aunque no todas son por los mismos motivos, y por eso algunas incluso son liberadoras, por ejemplo cuando se abandona una relación destructiva o tóxica, que ha generado mucho sufrimiento y tensión, superar una ruptura sentimental y ser tu mejor compañera durante los 100 primeros días es difícil por volver a encontrarse con la soledad.
A veces. por el cariño que a veces queda o por el miedo a salir de la zona de confort que, aunque no hace feliz resulta más fácil para algunos que afrontar y crear otra vida diferente a la que ha tenido hasta ahora, superar una ruptura sentimental puede hacerse muy cuesta arriba.
Pero sin duda, las rupturas sentimentales más dolorosas son aquellas en las que es el otro el que decide dejarlo, pero estamos enamorados o ha habido traición, infidelidad y engaño. En estos casos además esta dañada la autoestima y la persona se siente hundida, triste, sin dirección, rabiosa e insegura.
El sufrimiento en las rupturas sentimentales
En cualquier caso, es necesario afrontar la soledad, tener fuerza interior para empezar de nuevo, recuperar la autoestima y sanar las emociones que nos dañan e impiden volver a ser feliz y ser libres.
Muchas veces, además de la dificultad normal de empezar de nuevo sin la compañía de la persona que un día amamos, nos encontramos con que muchas personas se castigan, se culpan y sienten que hicieron algo mal, que fallaron, que deberían haber sido o hecho otras cosas para salvar la relación, echan encima de sus hombros la responsabilidad total de que la relación no funcionase o bien se sienten víctimas y se quedan atrapadas en el resentimiento y en lo mal que lo hizo el otro, en lo malo que es.
Y mientras se mantienen ocupadas en los errores del otro y en lo pobre que se sienten pierden todo el foco en ser felices y crear una nueva vida y aprender de lo sucedido.
Todo esto alarga el sufrimiento mucho más de lo necesario, incluso hace que algunas personas se queden atrapadas en un hecho traumático del pasado durante años, quejándose y resignadas o resentidas con los hombres, mujeres o con la vida.
Cómo ser tu mejor compañera después de una ruptura sentimental
Para no sufrir más de lo necesario y salir de una ruptura fortalecidos necesitamos aprender algunas claves:
1. Evita caer en el victimismo. Sea lo que sea que el otro haya hecho mal, le pertenece, debemos amarnos lo suficiente para querer estar bien y soltar lo que pasó y al otro. A veces, mantenernos enfadados con la otra persona es la forma de seguir unidos a él a las malas, porque perdonar y enfocarse en la propia vida a algunos les da más pena y miedo que soltar a esa persona y el pasado que vivieron juntos.
Es normal que durante unas semanas estemos enfadados, heridos, obsesionados con el suceso para pasar después por la pena y el miedo al futuro. Realmente es beneficioso permitirnos llorar, gritar, escribir todo lo que dolió, lo que sentimos para luego quemarlo, golpear un cojín, contar lo que nos duele a los que amamos. Es sanador expresarlo sin tapujos, sin querer ser fuertes, porque también es fortaleza darse permiso a ser vulnerable y estar triste o con miedo, esas emociones necesitan ser canalizadas y sacadas para luego aceptar lo ocurrido y poder pasar página.
Pero una vez pasado ese duelo y habiendo permitido que todas esas emociones se expresen y tengan cabida, es necesario dar el paso de soltar. Para soltar es imprescindible querernos para imaginarnos una vida diferente, bonita, dichosa y llena de nuestro propio amor y el de amigos o familiares. Para salir del victimismo la persona necesita reconocer su poder personal, su fuerza interior y que su vida esta en sus manos y que no es un pobre títere movido por la vida, con mala suerte.
Porque no podemos cambiar algunas cosas que nos ocurren, pero desde luego si podemos elegir cómo vivirlas, si como una desgracia, o como algo de lo que podemos aprender, con lo que podemos ser más fuertes y como una nueva oportunidad para vivir experiencias mejores, que sean más acordes a lo que queremos y nos hagan felices. Ser conscientes de que se cierra una puerta, pero se abren infinitas posibilidades.
2. Pon el foco de atención en lo que quieres experimentar, en vez de en lo que no tienes o me falta. Es importante levantarse cada mañana pensando en ¿qué puedo hacer hoy que me haga feliz?, la persona debe mimarse y cuidar de ella como cuidaría de un bebe delicado, con mucha ternura, comprensión y amor y con la intención de hacerle feliz y darle todo lo que necesita.
Para eso esta muy bien hacer una lista de cosas que me hacen feliz y luego ponerse fechas para realizarlas. Porque cuando estamos mal, todo nos da pereza y nada nos apetece pero hay que hacer el esfuerzo al principio por hacer cosas aunque no tengamos ganas, para cambiar la energía y romper con el hábito de pensar en lo sucedido pues esto nos lleva a generar las mismas emociones que nos hacen daño y nos estancan.
3. Mantenerse activo. Ahora podemos retomar: cursos de desarrollo personal, de cocina creativa, de pintura, bailar, hacer deporte, viajar, diseño, jardinería, fotografía… La persona necesita salir de casa, estar activa y en especial hacer cosas diferentes porque eso crea nuevas redes neuronales y con ello nuevas emociones diferentes a las que le traen los recuerdos del pasado y que le producen dolor.
Al estar activa, además se producen neuroquímicos que nos hacen sentir bien y eso es lo que la persona necesita, salir de el hábito de quedarse atrapada en lo que pasó y los recuerdos que le hunden cada vez más.
4. Re enamorarse de la vida. La persona necesita sentir que nace de nuevo, pero más sabia y capaz, con más herramientas para vivir la aventura de la vida, que están esperándole miles de experiencias nuevas y que tiene lo más importante, la vida.
Cuando se acaba un ciclo es vital que lo veamos como algo más natural, al igual que se acaba el día y comienza la noche, alguien al que amamos se va para dejar paso a nuevas experiencias.
Podemos agradecer por lo bueno que si recibimos en algún momento y ser compasivos con nosotros por haber elegido o mantenido algo que no nos hacía bien, pero sentirnos orgullosos y afortunados porque somos libres para empezar otra vez.
Lo que necesitas especialmente es amarte para querer seguir adelante con tu vida y ser feliz, no desperdicies el preciado tiempo que se te ha dado con lo que no es, ¿ es amoroso contigo seguir pensando en algo que ya no existe? ¿ Acaso no crees que mereces ser feliz? Cree en ti.
Idoia Berridi. Nutricionista y life coach. Autora del Libro Método BeLove. Blog Sé feliz, sé sano, sé tú.
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