«Deja de crujirte los nudillos«, una frase muy repetida en varios hogares ya que esta práctica es tan relajadora para algunos como cuestionable, ¿se trata de algo malo para las articulaciones o son sólo leyendas urbanas? Nunca parece alcanzarse a un acuerdo, sin embargo ahora un nuevo estudio realizado por la Universidad de Harvard señala a esta manía como una de las más peligrosas.
Según esta investigación, crujirse los nudillos puede provocar a largo plazo graves problemas en las articulaciones. En definitiva, hay buenos motivos para plantearse y recomendar, especialmente a los más pequeños, no volver a hacerlo.
Problemas a largo plazo
Para analizar las consecuencias de crujirse los nudillos, este grupo de investigadores analizó las manos de numerosos adultos. Estas extremidades fueron sometidas a revisiones tanto de tipo estético como a nivel de movilidad y agarre. Estos participantes también fueron sometidos a cuestionarios sobre sus hábitos y si efectivamente realizaban estas prácticas.
De este modo los investigadores podrían realizar una relación entre crujirse los nudillos y la aparición de problemas en las manos. Efectivamente, aquellos adultos que presentaron extremidades más hinchadas y problemas de agarre, confesaron realizar esta práctica habitualmente y que habían mantenido este hábito durante muchos años.
Es decir, a largo plazo esta manía causa serios problemas en esta zona del cuerpo. Un buen motivo para vigilar que los niños y adolescentes prescindan de esta manía que hace que estas personas se resientan en el tiempo.
Estallidos en las articulaciones
Otro estudio, en este caso realizado por la Universidad de California, ha querido profundizar en el momento en el que los nudillos se crujen y qué es lo que ocurre en las articulaciones en este momento. Para ello analizó las manos de estos pacientes con ultrasonidos y ecografías.
Los investigadores se encontraron con que en el momento en el que se producía el crujido, en la articulación aparecía un destello que los responsables de este estudio definieron como «similar al de los fuegos artificiales». Además estos pacientes también presentaron grietas en sus nudillos, lo cual hacía penar en que estas extremidades estaban más afectadas que en aquellas personas que no tenían incorporado este hábito en su día a día.
Damián Montero
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