¿Sabías que la memoria da prioridad a los recuerdos emocionales? Así es, la memoria es selectiva y almacena de manera preferente los recuerdos positivos y los que nos han cautivado emocionalmente por diversos motivos. Llegar al corazón es la mejor manera de regalar a los niños y al resto de la familia esta Navidad.
Los recuerdos de acontecimientos emocionales —en especial los positivos— conllevan más detalles sensoriales (visuales, auditivos, olfativos) ligados al contexto (lugar, fecha) que los acontecientos neutros. Las imágenes emocionales resisten mejor el paso del tiempo en la memoria y al estar más consolidadas, se conservan mejor a largo plazo. Las emociones estructuran nuestra memoria actuando como un zoom o un filtro y algunos estudios sobre tema aseguran que la memoria concede preferencia a algunos recuerdos en función del estado de ánimo en el que nos encontramos.
Uno de ellos es el que llevó a cabo, en los años setenta, el psicólogo cognitivo Gordon H. Bower, quien realizó investigaciones sobre nuestra manera de almacenar y evocar los recuerdos dependiendo del estado de ánimo. Pidió a una serie de personas que memorizasen listas de palabras pasando por diferentes estados de ánimo. Luego, observó sus diferencias a la hora de recordar estas palabras, mientras pasaban también por diversos estados de ánimo.
Como conclusión encontró que tenemos tendencia a recordar con mayor facilidad a memorizar los elementos o acontecimientos en un estado de ánimo semejante al que tenemos en el momento de evocarlas.
¿Por qué regalar emociones a los niños?
La felicidad de los niños no es proporcional a la cantidad de regalos que reciben, ya sea en Navidad, cumpleaños o cualquier otra celebración especial.
Es la época del año en la que los niños están más emocionados que nunca, están ilusionados, pero… si nos preguntáramos que es lo que hace que estén tan emocionados la respuesta sería fácil, ¡ los juguetes!. Y es que parece que la Navidad tiene dos caras, la del encanto de los valores que la caracterizan como la generosidad, la esperanza, el amor… y la del consumismo, donde lo importante son los regalos que recibimos.
Todos hemos comprobado como los regalos materiales, con el tiempo han ido pasando al olvido y junto con ellos su significado «emocional» si es que este lo tenía. Sin embargo, las experiencias y las emociones asociadas a ellas, no se olvidan. La realidad es que tenemos por costumbre regalar cosas sin pensar demasiado en las necesidades reales, en el significado que tienen, en los valores que queremos transmitir.
Este año puedes hacer que sea diferente, puedes aprovechar estas fechas para empezar a transmitirle a tus hijos que lo importante no son las cosas sino no los momentos vividos. Así podemos ir introduciendo en casa los valores que, como familia, deseáis que desarrollen.
Emociones para regalar con el corazón
1. Regala sorpresas. Los acontecimientos inesperados, relacionados con las personas, amigos y familiares, tienen mucho impacto emocional. Para los niños, encender la luz de su habitación y ver allí a sus 3 o 4 mejores amigos, a sus abuelos, a sus primos… para pasar la tarde juntos, puede ser emocionante.
2. Actividades soñadas. Algunas actividades como montar a caballo, tirarse en trineo, patinar sobre hielo, ver un espectáculo musical o de magia en directo… pueden ser un sueño para muchos niños. Mezcla el factor sorpresa y haz su sueño realidad. No lo olvidará.
3. Regala tiempo juntos. En esta sociedad tan ajetreada y con tan poco tiempo libre el mejor regalo para nuestros hijos es pasar tiempo con ellos, tiempo de calidad. Haz un paréntesis y planifica hacer algo juntos como adornar la casa en familia, una tarde de pelis y palomitas, un rato de juego con ellos, etc. verás cómo lo agradecerán mucho más que cualquier otro regalo.
4. Carta de agradecimiento. Es el momento de enseñarles a valorar lo que tienen y nada mejor que ponerlo por escrito. Los destinatarios de la Carta pueden ser los Reyes Magos, un familiar, amigos… En la carta podrán expresar sus sentimientos hacia los demás, y de esta manera ayudamos a desarrollar el valor de la gratitud.
5. Ayúdales a compartir. A los niños les cuesta dejar a los demás sus cosas, una forma de ayudarles a ser menos egoístas es enseñándoles a compartir, esto se puede hacer a través de los juegos, en lugar de regalar juegos individuales, regala juegos de grupo, donde puedan desarrollar también sus habilidades sociales, empatía…
6. Enséñales a desprenderse y regalar. Estas fechas son un buen momento para que todos aquellos juguetes que ya no usan los regalen a otros niños que puedan necesitarlos, así les ayudamos a potenciar la generosidad y compasión hacía los demás. Y si pueden entregarlos ellos mismos, y ver la cara de felicidad del que lo recibe, ¡mejor!
El peligro de regalar únicamente juguetes
Si observamos nuestro alrededor nos daremos cuenta de que cada niño ya tiene su revista de juguetes donde ha marcado todo lo que le gustaría tener, seguramente ya habrán escrito la carta a los Reyes Magos poniendo lo que quieren que este año le regalen, eso sí, ¡siempre que se hayan portado bien!
Y la historia se repite. Llega el día tan esperado y vemos como los más pequeños, se levantan ilusionados, empiezan abrir regalos, uno detrás de otro sin hacerles demasiado caso, parece que lo importante es abrir y ver que esta todo lo que han pedido, con suerte puede haber uno que retenga su atención un poco más, pero a los pocos días vemos como las habitaciones se llenan juguetes y más juguetes que son abandonados una vez pasa la Navidad y los adultos terminamos con una sensación agridulce.
Y así, sin apenas darnos cuenta y con la mejor de las intenciones, les estamos transmitiendo a nuestros hijos que lo importante son las cosas materiales, que si se portan bien durante el año, al final tendrán su recompensa; los juguetes, haciendo de esta manera que no valoren las cosas ni el esfuerzo que supone conseguirlas.
Rocío Navarro. Psicóloga. Directora de Psicolari, psicología integral
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