El buen desarrollo de los niños no solo depende de la educación que reciba. También se precisa de un buen estado de todas sus facultades y en el caso de que aparezcan problemas en alguna capacidad del menor, se debe saber cómo actuar para contrarrestar estas afecciones. Cuanto antes se detecten , antes se podrá iniciar el mejor tratamiento.
Pruebas como las que detectan precozmente la sordera ayudarán a los padres a elegir un mejor medio para asegurar una excelente educación para sus hijos y asegurar que no quede atrás en cuanto a su desarrollo.
Importancia de detectar la sordera
En España los casos de niños con sordera son pocos, únicamente cinco de cada 1000 menores nacen con algún problema grave de oído y sólo en uno de cada 1000 esta afección es total. Sin embargo se recomienda comprobar si el pequeño puede tener problemas auditivos de algún tipo, especialmente cuando existen antecedentes familiares, se emplean medicamentos que aumenten el riesgo y en el caso de prematuros o bebés con poco peso.
Detectar un caso de sordera en niños es muy importante porque la audición es una herramienta necesaria para el desarrollo del lenguaje y de la comunicación en todos sus aspectos. Si un niño no oye bien presentará serias dificultades para aprender a hablar y poder mantener un diálogo con otras personas. Esto a su vez afectará en su día a día a nivel emocional, social y escolar.
Gracias a las distintas pruebas de detección precoz de la sordera se pueden comenzar cuanto antes programas de estimulación de estimulación desde edades tempranas. Tratamientos encaminados a saltar barreras y enseñar destrezas de comunicación oral o de otras formas para que el desarrollo del niño se vea alterado por culpa de estos problemas auditivos.
Qué tipo de pruebas se realizan
Existen dos tipos de pruebas para la detección precoz de la sordera en los más pequeños:
– Otoemisiones acústicas. Consisten en instalar en el conducto auditivo una pequeña sonda que emite una serie de sonidos para recoger la respuesta que producida en la zona del oído llamada cóclea.
– Potenciales auditivos. Al niño se le colocan unos cascos que emiten sonidos para recoger las señales que llegan al cerebro a través de unos sensores que se colocan en el cuero cabelludo del niño.
Ambas pruebas se realizan durante los primeros días de vida, generalmente 24 horas después del nacimiento y antes de que se produzca el alta de maternidad. En caso de que no se haya hecho antes de que la madre abandone el hospital, deben realizarse a lo largo del primer mes el bebé. Durante la prueba el niño debe permanecer tranquilo y dormido en caso de que las molestias le hagan moverse.
Posibles resultados
En el caso de que las pruebas de detección de sordera sean normales no hay que preocuparse: el niño escucha debidamente en ese momento. No obstante más adelante habrá que llevar al menor a revisiones ya que es posible que la sordera aparezca en el futuro, por lo que habrá que vigilar posibles síntomas, especialmente si hay antecedentes de estos problemas en la familia.
Si las pruebas arrojaron resultados anormales habrá que derivar el caso a un otorrinolaringólogo para que este evalúe más a fondo el caso y haya un estudio más detallado sobre este caso. Será este especialista quien realice el diagnóstico definitivo. Lo fundamental es conocer si el niño tiene o no problemas auditivos antes de los tres meses para iniciar los tratamientos necesarios para asegurar un buen desarrollo.
De detectarse un problema de sordera se iniciará un tratamiento conocido como hipoacusia. Este proceso consistirá en ayudas auditivas, intervenciones encaminadas a corregir problemas físicos y técnicas de logopedia.
Damián Montero
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