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La neofilia: obsesión por las novedades tecnológicas

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Neofilia, la obsesión de estar constantemente actualizado
Foto: ISTOCK Ampliar foto

«¿Esa marca tecnológica ha sacado una nueva versión de su móvil? Lo quiero, y me da igual que mi móvil actual tan sólo tenga unos meses o que las novedades no sean para tanto, Tiene que ser mío». Seguro que esa actitud no te es ajena: es posible que conozcas a más de una personas ‘loca por la tecnología‘ que siempre está al tanto de las últimas tecnologías y, por supuesto, las quiere (o las tiene, según su nivel económico). Aunque esto no es una enfermedad, ya tiene nombre y comienza a estudiarse: neofilia.

Esas personas capaces de estar horas delante de la puerta de una tienda para ser los primeros en tener el último modelo del móvil de moda son los neófilos tecnológicos, personas obsesionadas con comprar siempre lo más nuevo en nuevas tecnologías que son, a su vez, el blanco perfecto de las marcas.

Neofilia, una obsesión que puede ser enfermiza

«Los neófilos tienen una obsesión enfermiza de hacerse con lo que es nuevo», explica la profesora de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Neus Soler, que asegura que se trata de compradores «muy fidelizados con la marca que padecen una necesidad constante de cambio«.

La fascinación por lo nuevo no es algo de los últimos tiempos. Es más, el término ‘neofilia’ fue descrito por primera vez en 1962 y ya antes se había experimentado: al fin y al cabo, ese ‘querer lo nuevo’ ha sido uno de los motores de la sociedad de consumo y, en algunos casos, «una fuente de infelicidad para quienes hipotecan su bienestar mediante la adquisición constante de nuevos productos de consumo».

Eso sí, no se trata de una patología psicológica. De hecho, tal y como explican en el blog de Psicología del Consumo, «en psicología no existe tal síndrome; es más, una filia no tiene por qué ser patológica, simplemente implica atracción hacia algo en concreto, a pesar de que la sociedad juzgue a quienes salen de la uniformidad, por lo que hay algunas filias más aceptadas que otras».

Albert Vinyals, doctor en psicología del consumo y profesor en ESCODI y la UAB, lo deja claro en un reportaje en La Vanguardia: «una filia no tiene por qué ser algo malo». Es decir, aunque es cierto que es una tendencia desmesurada a tener lo nuevo, no tiene nada que ver con el trastorno de compra compulsiva, que sí es un trastorno psicológico en el que hay una adicción (en este caso, a las compras).



Fascinación por lo nuevo: el perfil del neófilo

Según la experta de la universidad catalana, el perfil del neófilo es el de «líderes de opinión, prescriptores tecnológicos, con un espíritu muy crítico que además comparten públicamente, lo que marca el éxito del producto». Generalmente son hombres de entre 30 y 40 años con un poder adquisitivo medio-alto y mucho conocimiento del producto que quieren adquirir.

¿Y qué hace que una persona quiera tener siempre lo más nuevo? Desde la UOC explican que el márketing tiene gran parte de la ‘culpa‘: «incluye en la decisión de compra y, al mismo tiempo, genera nuevas necesidades», comenta Soler, que menciona un punto importante aquí: «el consumo aporta prestigio social y, por lo tanto, el consumidor exige que las marcas lo cubran».

Es decir, muchas veces no es tanto la obsolescencia programada de los productos sino la percibida, tal y como explica Vinyals: «Percibes que un producto ha pasado de moda: tienes unos pantalones de campana pero ahora se llevan de pitillo; o tienes el iPhone 6 pero llega un momento en el que aparece el 7«, ejemplifica.

«El mercado nos va diciendo continuamente que necesitas tener el último producto que ha salido, que es mejor que el anterior. Además nos sugiere que podemos ser felices consumiendo«, enumera el doctor, que explica por qué el hecho de consumir unos objetos es mucho más que cubrir una realidad física: «Hay productos que nos ayudan a crear nuestra identidad«, sentencia.

¿Tiene mi hijo adolescente neofilia?

Aunque el perfil sea el de un adulto, probablemente muchas de las características descritas te hayan recordado a tu hijo (o hija) adolescente: quiere el último móvil, el pantalón del año pasado ya no le sirve porque ha pasado de moda y necesita ‘imperiosamente’ ese objeto nuevo que ha visto a un compañero de clase. No te preocupes: primero, porque como se ha explicado la neofilia no es ninguna enfermedad ni patología y, segundo, porque es adolescente: es completamente normal que quiera tener lo nuevo e ir a la moda.

En este caso, una buena educación en valores y en el trabajo y la responsabilidad será más que suficiente para que tu hijo sepa exactamente qué se puede comprar, qué no se puede y qué se tendrá que ganar con un esfuerzo extra.

Damián Montero

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