La memoria es una de las capacidades más prodigiosas del ser humano. Los bebés nacen con la capacidad de recordar y ésta va madurando a lo largo de los años. Pero no será hasta que comiencen a hablar y a nombrar lo que ven y viven, cuando su memoria dé un paso de gigante.
A partir de entonces, poder expresarse y clasificar con palabras sus experiencias les ayudará a recordar mejor. No es extraño, por tanto, que los primeros recuerdos que tenemos de nuestra infancia se remonten aproximadamente a los tres años, edad en la que comenzamos a dominar el habla.
Nuestro hijo desarrollará de forma natural y paulatina su memoria, al igual que todos los niños de su edad. Sin embargo, estimularle de un modo adecuado le servirá como una gran preparación para el futuro. A estas edades, la capacidad de recordar tiene que ver mucho con el desarrollo de la atención y la observación, especialmente a través del sentido de la vista y del oído, las dos vías de entrada más importantes para estimular al niño.
Beneficios de estimular la memoria para aumentar la capacidad de recordar
La mayoría de los ejercicios de estimulación de la memoria en esta etapa buscan que el niño tome conciencia de lo que ve y oye para luego poder utilizar ese conocimiento cuando desee, cuando le haga falta o cuando se lo pidamos. Las posibilidades del cerebro humano son muy grandes y su utilización a estas edades ayudará a los chicos a disponer de una herramienta muy valiosa en los próximos años, especialmente durante su etapa escolar.
¡ASOMBROSO! Un cerebro humano, de dos kilos de peso, contiene más de 10 veces la capacidad de los archivos nacionales de EE.UU. Parece evidente que ningún ser humano de la historia se ha acercado a la utilización de esa capacidad… pero tampoco se trata de desaprovechar las posibilidades. El cerebro crece con su uso y, por tanto, actuará mejor cuantos más datos se introduzcan en él. También podrá utilizar mejor la información adicional y más referencias cruzadas podrá realizar con esa información.
Además, cuando mejora una función del cerebro, mejoran en el mismo grado todas las funciones cerebrales. Por lo que estimular la memoria puede ayudar a desarrollar en nuestro hijo una gran potencia intelectiva.
Ejercicios para estimular la memoria antes de los 5 años
1. Tarjetas de asociación. A partir de los tres años, los pequeños son capaces de usar tarjetas de asociación. Con ellas se desarrolla una memoria visual, pues tienen que acordarse dónde se encuentran las dos tarjetas iguales. Primero se les muestran todas boca arriba y, a continuación, se colocan boca abajo. Nosotros mismos podemos hacer estas tarjetas. Podemos comenzar con pocas y con elementos fáciles de identificar como colores.
2. Vídeos y vídeos. Como ya sabemos, a los niños les encantan ver las películas de dibujos animados una y otra vez. Se trata de una buena práctica y hemos de procurárselo, fomentando el que se aprendan los diálogos, las canciones, la forma de hablar de los personajes… Hemos de conseguir que este juego sea más activo, preguntándoles qué dijo el Rey León, pidiéndole que nos cante «Colores en el viento», etc.
3. ¿Qué había? Con un niño en esta edad, ya podemos realizar este ejercicio que desarrolla la memoria visual. Deberemos colocar, encima de una mesa, varios objetos. Después de un tiempo para que los observe, los retiraremos. El niño tendrá que recordar cuáles eran y ponerlos encima de la mesa. Un grado mayor de dificultad consistirá en darle un orden a los objetos que el niño deberá recordar también.
4. De visita. Podemos aprovechar cualquier visita que realicemos con nuestro hijo para convertirla en un ejercicio de memoria. Podemos retarle o jugar con él a ver quién recuerda luego más elementos de una habitación, las sillas que había. Otra variante consiste en no avisar a nuestro hijo del juego y, al volver de visita, preguntarle qué recuerda en general, o si se acuerda de ciertos datos.
5. Un dibujo. Después de ver una película de dibujos, o haber leído un cuento con muchas ilustraciones, pídele que realice de memoria un dibujo sobre lo que acaba de ver. De este modo, tendrá que ejercitar su memoria visual. Si le cuesta un poco, podemos enseñarle algún dibujo original durante cierto tiempo y después, retirárselo para que se esfuerce, aunque se equivoque.
6. Poesías, trabalenguas e idiomas. Para estimular la memoria auditiva son muy interesantes las rimas que contienen numerosas poesías, trabalenguas, adivinanzas, etc. Ayudan a la mente de nuestros hijos a retener numerosos elementos. Podemos realizar concursos de poesías, de trabalenguas, etc. Quizás sea buena idea conseguir un buen libro infantil de rimas. Además, la enseñanza de los idiomas a edades tempranas, cuando los niños se encuentran en el periodo sensitivo adecuado, es otra actividad muy interesante para el desarrollo de la memoria. Sin ningún esfuerzo aprenden palabras en otra lengua que recordarán durante toda su vida. Nuestros conocimientos de inglés, francés, etc., ayudarán a que nuestro hijo aprenda nuevas palabras.
7. Canciones infantiles. A los niños pequeños les encantan las canciones, especialmente si tienen un caset que es suyo y que pueden poner cuando ellos quieran. Hemos de animarles a que se aprendan de memoria las canciones y a que las canten varias veces. Podemos organizar un festival de la canción en casa, si nos las aprendemos también nosotros.
8. Cuentos de niños. Para los niños es muy beneficioso que les contemos cuentos. De pequeños, les encanta que les repitamos el mismo una y otra vez. Cuando ya se lo sepan, podemos equivocarnos a propósito cierto día para que sean ellos quienes nos rectifiquen. También podemos preguntarles qué va a ocurrir a continuación, etc.
Beatriz Bengoechea
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