¿Sabes que el ambiente en el que tu hijo vive y juega es un estímulo fundamental para su desarrollo? ¿Y que, para conocer qué elementos necesita para seguir aprendiendo en cada momento, sólo es necesario observar dónde se centra su interés espontáneo? Esto es así porque los niños se dirigen espontáneamente hacia los estímulos que precisan en cada momento.
Adaptar un entorno preparado a los niños consiste en ponerse en su lugar, a su altura, para que tengan acceso a todo lo que precisan de una forma fácil y cómoda.
¿Qué es el entorno preparado?
El entorno preparado es un enfoque educativo que se fundamenta en dos grandes principios: la libertad como requisito para el desarrollo y la creatividad y la atención como gran regalo de amor de los padres hacia sus hijos, que es la base de la inteligencia emocional de los niños y de que logren conectar con sus auténticos deseos y les lleve a su realización personal.
La metodología del entorno preparado y adaptado es bastante sencilla: consiste en adaptar el ambiente físico en el que se desenvuelve el niño, especialmente el hogar, pero también la escuela, para que pueda por sí mismo realizar sus tareas de modo autónomo.
Así será capaz de alcanzar y servirse agua cuando tiene sed, de elegir su ropita cuando va a salir, de recordar dónde están sus propios juguetes… Los pequeños desafíos que presenta la vida práctica, como las tareas cotidianas, son oportunidades de explorar y crecer como manifiesta Montessori.
Cómo crear un entorno preparado para los niños
Vamos a pensar en los simples ejemplos que hemos puesto.
1. Servirse agua cuando tiene sed. En un hogar convencional, un niño de cinco o seis años que tiene sed se limitará a pedir agua, con mayor o menor educación. En un hogar adaptado, seguirá todo un proceso de habilidad, planificación y atención ejecutiva: deberá ir a la cocina, coger su vaso, subir el escalón, abrir el grifo, sentir el frescor y el sonido del agua, llenarlo, etc. Podrá incluso ser él quien sirva agua a sus padres o invitados, con evidentes consecuencias en su sentimiento de competencia, en su autovaloración y en el lugar que ocupa en su familia.
2. Elegir su ropa para vestirse. Si a la hora de vestirse tiene un estante a su altura con varias prendas combinables, empezando a los dos años de edad por dos pantalones y dos camisetas para elegir, ya desde los dos años tomará decisiones.
3. Escoger y recoger sus juguetes. En cuanto al juego, difícilmente un niño menor de siete años recordará todos los materiales de juego que tiene cuando están guardados: una fotografía con el contenido le permitirá una mayor elección según sea su momento sensible y también volverá un juego de clasificación el momento de recoger.
El papel de los padres es acompañar a sus hijos en esta exploración con su atención, y también detectar sus áreas de interés para poder ofrecerle otros estímulos. Podremos encontrar por ejemplo a un niño que explora cómo abrir y cerrar un tarro repetidamente, y entonces enriquecer la experiencia acompañando este tarro por otros botes y cajas de diferentes sistemas de cierre. O que nuestro hijo sube y baja cien veces un escalón, por lo que sabremos que es su momento de ejercitar el equilibrio y la motricidad gruesa, y podremos llevarle a entornos donde trepar y escalar.
5 ventajas que ofrece un entorno preparado para los niños
Un hogar preparado y adaptado para los niños ofrece las siguientes ventajas para ellos:
1. Seguridad física: para poder confiar en sí mismos y en el mundo.
2. Autonomía: poniendo a su alcance y adaptando a su destreza los objetos que cubren sus necesidades cotidianas.
3. Colaboración: base de la responsabilidad y del sentimiento de pertenencia, permitirle colaborar en su medida también desarrolla la autoestima y los valores sociales.
4. Juego libre: el hogar es un mundo de posibilidades de creación y exploración, y es sencillo enriquecer los estímulos y actividades para acompañar los periodos de desarrollo y los intereses de tu hijo, en todas las áreas y para cada momento evolutivo.
5. Creatividad y aprendizaje: el entorno preparado busca ofrecer a nuestros niños un mundo seguro e interesante, que permite la creatividad y en el que es competente. Así, mediante el juego espontáneo y las actividades cotidianas el niño va construyendo una base para el aprendizaje escolar, pero sobre todo para la vida. Y todo esto mediante unas simples pautas de organización del hogar y de los materiales de juego.
El cambio requiere algo de imaginación para reordenar el mobiliario de casa, pero es divertido y sobre todo el resultado en los niños, y el cambio en la actitud de los padres, que pasan de ser sirvientes a ser acompañantes, es asombroso.
Sólo debes ponerte al nivel del niño, para crear un hogar de movimiento libre y seguro, donde puede cubrir sus necesidades con autonomía y puede colaborar en las tareas y actividades familiares, que ofrece pequeños desafíos y grandes campos de exploración, y le ofrece así en todo momento oportunidades para la acción.
Elena Horno. Consultora de Innovación Educativa. Fundadora de La Escuelita de Arturo Soria.
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