Comunicar significa hacer saber a los demás lo que pensamos, sentimos, deseamos, etc. Podemos comunicarnos de muchas maneras, quizás la más extendida sea a través del lenguaje verbal o escrito, sin embargo está demostrado que más de un 65% de la información que transmitimos proviene de la comunicación no verbal, es decir, a través de los gestos, posturas, mirada, apariencia…
Desde pequeños nos enseñan a hablar, escribir, leer… pero no nos enseñan a interpretar las expresiones y los gestos de las demás personas a pesar de toda la información que transmitimos con ellas. Sendo así… ¿cómo puedo saber qué estoy diciendo con mi cuerpo? ¿Cómo influye la comunicación no verbal en mi mensaje?
¿Qué es la comunicación no verbal?
La comunicación no verbal está basada en todos aquellos mensajes que transmitimos a través de nuestro cuerpo, la forma de hablar que tenemos, los gestos que hacemos o las posturas que adoptamos… todo en su conjunto está transmitiendo información sobre nosotros mismos, sobre cómo nos sentimos o pensamos.
De manera que a través de la comunicación no verbal incluso podemos llegar a contradecirnos a nosotros mismos, ya que podemos estar diciendo algo con el lenguaje verbal, mientras que nuestro cuerpo con el lenguaje no verbal está transmitiendo lo contrario.
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Los secretos de la comunicación no verbal
Conocer cómo nos comunicamos a través del cuerpo, tiene muchas ventajas. Los movimientos que realizamos con nuestro cuerpo nos ayudan a darle fuerza al mensaje, a causar una mejor impresión, aporta credibilidad y por ende genera más confianza en tu interlocutor.
Pero la comunicación no verbal es arma de doble filo y nos puede jugar una mala pasada, ya que no es tan fácil controlar algunos movimientos espontáneos del cuerpo cuando estamos hablando o exponiendo un mensaje.
Por este motivo, son muchos los especialistas que analizan cada microgesto de los políticos o personajes públicos en busca de aquello que pueda reafirmar o desmentir su mensaje. Conocer qué significado tiene, cuando estamos escuchando o hablando, abrir las manos, tocarse la nariz, ladear la cabeza o mirar hacia un lado es fundamental para interpretar qué es lo que realmente decimos o nos están diciendo.
¿Qué decimos con el cuerpo cuando…?
A la hora de comunicarnos entran en juego diferentes elementos de nuestro cuerpo que debemos conocer y tener en cuenta si deseamos que nuestro mensaje sea lo más eficaz posible. En esencia, es lo que queremos decir y no decimos. Algunos de secretos de la comunicación no verbal son:
1. Los gestos de la cara. A través de los gestos de la cara transmitimos información sobre nuestras emociones y sentimientos, por ejemplo, si alguien se toca o tapa la boca puede ser señal de que oculta algo, tocarse la nariz puede indicar que nos están mintiendo o rascarse el cuello puede significar duda con respecto a lo que se está diciendo.
2. Posición de la cabeza. Las diferentes posiciones nos ayudan a entender cuáles son las intenciones reales de la persona, si desea agradar, ayudar… si por ejemplo ladeamos la cabeza al escuchar aumentamos la confianza del interlocutor hacia nosotros o apoyar la barbilla sobre la mano con la palma abierta puede ser señal de aburrimiento.
3. La mirada. Cuando mantenemos una conversación, lo habitual es mirar a los ojos, si las pupilas se dilatan es que estamos viendo algo que nos gusta. Levantar las cejas es señal de ausencia de miedo y mirar hacia los lados es un indicador de aburrimiento, buscamos otra cosa a la que prestar atención.
4. Posición de los brazos. Los brazos nos sirven para dar apoyo al mensaje, pero también para protegernos. Por ejemplo, cruzar los brazos nos indica rechazo, cruzar un solo brazo por delante para sujetar el otro puede ser señal de falta de confianza en uno mismo, mientras que unir las manos por detrás demuestra confianza y ausencia de miedo.
5. Gestos de las manos. Gestualizar está muy unido al habla, al hacerlo podemos mejorar nuestra capacidad verbal. Si en una conversación tenemos las manos en los bolsillos denota pasotismo, si mostramos las palmas de las manos demostramos sinceridad, si unimos las puntas de los dedos estamos demostrando seguridad y confianza y si las ponemos en las caderas expresamos agresividad.
Rocío Navarro. Psicóloga. Directora de Psicolari, psicología integral
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