La hospitalización de un niño es siempre una situación difícil principalmente para él, pero también para sus padres, hermanos y demás familiares. Para conocer cómo afecta a los niños su estancia en un hospital, el Estudio sobre el dolor en niños hospitalizados, de la Fundación Grünenthal, ha profundizado en el estado anímico de los niños hospitalizados.
Pero también en el hecho de la hospitalización, en la visión que los niños tienen de ella, y sobre todo en el equilibrio emocional de los niños hospitalizados durante el transcurso de su ingreso hospitalario, y su percepción del dolor y los recursos para aliviarlo.
Y es que conocer a fondo cómo puede afectar a un niño la estancia en un hospital es la clave para encontrar los cauces de actuación para poder ayudarles. El objetivo es minimizar en los niños hospitalizados los posibles traumas que puedan ocasionarles tanto su enfermedad como el tratamiento en un centro hospitalario.
De esta manera, el estudio también pone de manifiesto la importancia de la información para los niños hospitalizados: conocer previamente qué les va a pasar con su enfermedad amortigua el dolor del 62% de los niños, ya que les proporciona cierta tranquilidad. Sin embargo, sólo la mitad de los niños han sido informados sobre la posibilidad de sentir dolor durante su estancia en el hospital, según destaca el informe.
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La importancia de la madre en el hospital
De entre las prácticas sanitarias a las que son sometidos los niños hospitalizados durante sus ingresos, las inyecciones (pinchazos, punciones, etc.) son las que despiertan más miedo entre los pequeños, y las reacciones instintivas que originan son «sudor de manos», «dolor de tripa» y diferentes estados nerviosos como preocupación, tristeza y enfado.
El papel de la madre es fundamental para aliviar la estancia de los pequeños en el hospital, ya que, entre todos los familiares, sigue siendo la principal acompañante, en el 69% de los casos, del niño enfermo, por encima del padre (20%) y los abuelos (5%).
Para hacer frente al dolor, los recursos que utilizan los niños hospitalizados son fundamentalmente: distracción (incluso dormir), petición de ayuda y relajación. Cuando sienten dolor, el 39% de los niños piensa que se debe a algún síntoma de su enfermedad, mientras que el 35% lo interpreta como una señal de curación, sin embargo sólo el 15% asocia ambos conceptos.
¿Cómo afecta la estancia en el hospital a los niños?
La hospitalización afecta siempre anímicamente a los niños, de forma que uno de cada tres niños hospitalizados se considera «algo preocupado», uno de cada cuatro con «algo de miedo» o triste; uno de cada ocho se siente «algo enfadado».
Pero en general, los más pequeños se sienten anímicamente bien durante su estancia en el hospital, dicen estar a gusto con el personal del hospital porque son cercanos y cariñosos, suelen vivir su estancia en el hospital como algo pasajero y valoran su parte lúdica y social (voluntariado, aula hospitalaria, actividades, relacionarse conotros niños…).
De manera que, para los niños hospitalizados, no todo es malo en el hospital: un 94% afirma que lo que más le gusta del hospital es el trato recibido (sobre todo a los niños ingresados con anterioridad), la televisión (los de primer ingreso), el colegio y los juegos; lo que menos gusta son los pinchazos y la comida (sobre todo a aquellos sujetos a un tratamiento periódico).
Isabel Martínez
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