Aunque un breve rato de siesta después de comer puede resultar beneficioso, descansar más de la cuenta incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Así lo indica un estudio de la Universidad de Tokio con el doctor Yamada Tomahide a la cabeza.
Este trabajo ha comparado aquellos casos en los que no se dormía siesta y aquellos en los que esta superaba la hora para comprobar en cuál de ellos había más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Patrones comunes
Tomahide quiso comprobar su teoría analizando los datos de 300.000 pacientes participantes en estudios posteriores. Tras analizar estos casos, descubrió que efectivamente las siestas de una hora o más se relacionaban con un mayor riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Por otro lado los descansos inferiores a 60 minutos no influían en el desarrollo de esta enfermedad.
En concreto Tomahide habla de un incremento del riesgo de un 45% en aquellos casos donde la siesta superaba la hora de duración. Sin embargo el investigador concluye que aunque este es un inicio prometedor. Según el japonés aún queda mucho por trabajar para demostrar que efectivamente hay una relación causa-efecto entre las siestas largas y el riesgo de diabetes tipo 2.
Otros investigadores de la diabetes han visto interesante la teoría presentada por Tomahide. Es el caso del doctor Joel Zonszein, director del Centro Clínico de Diabetes del Centro Médico Montefiore, quien va más allá de la duración de la siesta. Este profesional expresa que la diabetes tipo 2 es un proceso muy complejo que está influido por varios factores ambientales.
Según Zonszein las siestas pueden ser el reflejo de un estilo de vida que provoque la diabetes tipo 2 al conjugar varios elementos. Este investigador expresa que quizá las siestas más largas sean en realidad periodos cortos de sueño y más comunes en los individuos que trabajan muchas horas. Esto provoca que estas personas se estresen todo el día, y tengan que recurrir a la comida rápida.
En opinión de Zonstein las siestas largas solo son un marcador de un estilo de vida que influya en el riesgo de diabetes tipo 2. Hay que recordar que esta enfermedad normalmente se relaciona con un mal estilo de vida con gran presencia del sedentarismo y una mala alimentación.
Patrón que encaja con el tipo de persona que según este investigador abusa de estos periodos de descanso.
Siestas cortas suponen menos estrés
Zonstein también expone su teoría sobre por qué las siestas cortas no influyen en el desarrollo de diabetes tipo 2. Para este investigador estos cortos periodos de descanso de las tardes se relacionan con un estilo de vida con menos estrés y un mayor tiempo libre que les permite llevar un estilo de vida más saludable.
Otro investigador de la diabetes, el doctor Gerald Bernstein, sostiene que efectivamente hay una relación entre las siestas largas y el aumento del azúcar en sangre. Aunque esto no quiere decir que los periodos de descanso largo por las tardes desencadenen esta enfermedad. Eso sí, Berstein recomienda que en caso de que una persona decida dormir siesta, mejor que esta sea corta.
Damián Montero
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