Ya sea porque son tozudos o porque están tan nerviosos como para detenerse a pensar un momento, en más ocasiones de las que nos gustaría los niños no escuchan lo que les dicen los adultos. Continúan haciendo lo que ellos quieren o se enfadan porque se les ha llevado la contrario, lo cual en última instancia deja en los padres la sensación de que sus mensajes no han llegado a sus destinatarios entre tantas rabietas y quejas por parte de los más pequeños.
Sin embargo, hay que saber imponerse y hacer que los más pequeños entiendan lo que se les está diciendo para que en la medida de lo posible no vuelvan a repetir sus fallos. Para ello hay que saber cómo hacer que los niños escuchen a los padres en el momento en el que comentan un error que merezca por nuestra parte una corrección o una llamada de atención.
Técnicas para que los más pequeños te escuchen
Estos son algunos métodos que puedes probar la próxima vez que quieras que un niño escuche lo que tienes que decirle mientras él interrumpe constantemente:
1.- Mensajes cortos. Lo mejor es no entretenerse con circunloquios innecesarios cuyas palabras se pierden y los más pequeños no se enteran de lo que queremos decirles. Para ello lo mejor son los mensajes cortos como por ejemplo si terminamos de comer y los niños se hacen los remolones, habrá que recordarles que deben recoger empleando frases como «los platos» o «la mesa».
2.- Explicar antes que ordenar. En muchas ocasiones los niños tienen que aprender el modo correcto de comportarse ya que nadie nace sabiendo. Un buen ejemplo son las situaciones en las que los niños llegan a una tienda y comienzan a tocarlo todo, normalmente los padres emplean órdenes del tipo «no lo toques», mientras que es más recomendable decirles «no toques estos objetos, son delicados y pueden romperse». De este modo el niño entiende por qué no debe hacerlo.
3.- Haz a tu niño partícipe. Hay que saber el mejor método para hacer que los niños no solo obedezcan, sino que encima se involucren. Para ello no hay nada mejor que hacerlos partícipes en estas decisiones. Tomando de nuevo el ejemplo de recoger la mesa al niño se le puede preguntar qué es lo que prefieren hacer: fregar los platos, recoger el mantel, barrer, etc. Los más pequeños se sentirán parte de la decisión y no un mero medio que emplean los padres para sus fines.
4.- Explicarle el plan. Mejor prevenir que curar, antes de que llegue el momento y el niño tenga un mal comportamiento, lo mejor es explicarle el plan para determinado momento. Por ejemplo, antes de que un niño deje de un lado los deberes para jugar, se le debe explicar que el planning será: hacer los deberes, recoger los libros y otros materiales y jugar. De este modo el pequeño ya sabrá que cuando llegue la tarde primero tiene unas obligaciones antes de su tiempo de ocio.
5.- Que exprese sus sentimientos. En algunas ocasiones los niños no escuchan por tozudez, sino porque están demasiado nervioso. Un buen ejemplo es cuando el pequeño tiene un problema con su hermano y únicamente llora, lo mejor en estos casos es tratar de que cuenten lo que sienten y que desahoguen para poder ayudarles a que mejoren sus sensaciones.
Damián Montero
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