Los padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos, sin embargo hay momentos en los que no nos damos cuenta de que ciertas actitudes de estos no son las más correctas. Ya sea porque nos parecen graciosas o porque creemos que pasarán con el tiempo, las dejamos correr pensando que no son para tanto y que no tienen importancia. Sin embargo hay algunos comportamientos que se deben vigilar ya que pueden influir en su personalidad.
Por ello hay que estar atento a algunas actitudes que aunque en el presente puedan parecer una nimiedad, más adelante pueden suponer un auténtico problema. En este sentido habrá que trabajar duramente en eliminar este comportamiento de su vida y no dejarlo todo en una pequeña regañina.
Actitudes que no debes pasar por alto
1- Interrumpe cuando habla otra persona. Esta actitud puede terminar por convertir a nuestro hijo en alguien que no sabe mantener una conversación de forma correcta ni respetar las charlas de otros. Igual al principio puede ser que interrumpa con una pequeña broma que provoque la risa, pero esto únicamente hace entender al niño que tiene potestad para hacerlo las veces que quiera e igual en el futuro ya no es tan gracioso.
2- Juega de forma agresiva. Hay veces en las que vemos que los más pequeños reaccionan de la forma cuando pierden en un juego o directamente se les escapa la mano con sus amigos. Desde el primer momento se le ha de regañar por este comportamiento y no alentar este comportamiento agresivo. Al igual que hay que enseñar que lo juguetes tienen que ser cuidados y no usarlos tirándolos al suelo ni zarandeándolos de forma violenta.
3- Bromas de adultos. En ciertos momentos los niños hacen una broma que han escuchado a adultos o utilizan una palabra soez pensando que esto tendrá gracia entre los mayores. Pero bajo ningún concepto se ha de reír estas gracias y hay que decirle al menor que lo que acaba de hacer está mal y que no va a conseguir que nadie se ría con esos chistes ni empleando ese vocabulario.
4- No mantiene un horario. Es muy difícil inculcar una rutina en los más pequeños y en ocasiones cuando comienzan la escuela pensamos que como la demanda de trabajo es menor, pueden permitirse el lujo de dejar los deberes para el final y ver la televisión o jugar antes de cumplir con la obligación, o simplemente alternar sus tareas con periodos de ocio que no responden a lógica alguna. Se les debe enseñar a respetar un horario que vaya haciéndoles capaces de organizarse cuando la cara de responsabilidades sea mayor.
5- Exageran la verdad. Una cosa es que tengan imaginación y otra que no cuenten las cosas como son. Hay veces en la que tras la vuelta de vacaciones o tras hacer una actividad los más pequeños exageran la verdad e incluyen datos que no ocurrieron. Mucho cuidado con esta actitud ya que si no se remedia puede terminar por hacer que el menor se transforme en un mentiroso compulsivo.
¿Cómo eliminar estas actitudes?
En primer lugar hay que establecer un diálogo con el niño y hacerle entender que no está actuando de forma correcta. No una regañina simple sino hablar seriamente con ellos y hacerles entender que su forma de actuar nos ha enfadado y que deben ponerle remedio cuando antes. En caso de que no se advierta mejoría por parte del niño, y que este pese a nuestras advertencias hace lo mismo, se puede recurrir a pequeños castigos como es en el caso de los juegos demasiado agresivos.
Siempre se ha de tratar de hacer al niño que dichas actitudes no le llevará por buen camino y hacerles entender que estos comportamientos pueden traerles problemas en un futuro como por ejemplo que la falta de organización puede hacer que les castiguen en el colegio o que no puedan aprovechar todo lo bien que podrían el tiempo de juego.
Damián Montero
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