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Vuelta al cole: cómo pasar de suspensos a sobresalientes y notables

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Cómo conseguir que tu hijo pase del suspenso al sobresaliente
Foto: ISTOCK Ampliar foto

«A mi hijo le han quedado dos para septiembre. ¿Podrá remontar y empezar a sacar mejores notas en este curso, le podemos ayudar?» Es un pensamiento muy típico en aquellos padres cuyos hijos no han sacado el curso anterior todo lo bien que querrían. Ante esa pregunta, la respuesta es clara: «Sí, por su puesto». Eso sí, hay que comenzar desde el principio, motivarle, observar sus dificultades, reflexionar sobre el ambiente familiar y sobre todo, hacerle responsable y consecuente de sus actos.

El nuevo curso, clave para cambiar el ‘chip’

El nuevo curso es el mejor momento para que tu hijo cambie el ‘chip’. Después de haber pasado un verano casi sin disfrutar al tener que estudiar los exámenes de septiembre, es ahora cuando se dan cuenta de que este curso deben apretar para, el verano que viene, poder pasarlo en grande de verdad sin la presión de que en el próximo año académico deben mejorar sus notas.

Las técnicas de estudio son aquí la clave. Es cierto que muchas veces son repetidas hasta la saciedad, pero no por ello son menos reales. Si se siguen al pie de la letra y se tiene fuerza de voluntad, convertir los suspensos en buenas notas será posible.

Quizás seas uno de los lectores que piensas: «Ya me lo sé», o quizás no. En cualquier caso, imprime estas claves y ponlas en el corcho de la mesa de tu hijo, para que lo recordéis ambos una vez que comience el curso escolar. De este modo la vuelta al cole supondrá pasar del suspenso al notable e incluso el sobresaliente gracias a que habrá conseguido rendir a tope.

Claves para lograr buenas notas

1.  Dedicar un tiempo de estudio todos los días. Hora y media diaria en la ESO y tres horas en Bachillerato, aunque no se tengan deberes. Siempre se puede repasar la lección.

2.  Poner hora fija. Conseguir una regularidad en lo que a horas de estudio se refiere ayudará a que el estudiante pueda organizar mejor su día y tener tiempo para todo.

3. Toda la familia trabajando en las horas de estudio. Esto es crear ambiente de estudio en la casa. Los padres podemos aprovechar para hacer cosas de casa o trabajo, los hermanos pequeños «sus deberes» (colorear, recortar). Si los hermanitos o los papás están viendo la tele, la radio está a toda pastilla, los pequeños jugando* Entonces parece que «la tarea» es una condena.

4. Tener una habitación fija para trabajar. sin teléfono, sin TV, sin ordenador, sin radio, bien sentados con mesa apropiada, no se estudia en la cama, ni recostados en el sillón bajo, las faldas de camilla calentitos…ya que entonces entran ganas de todo menos de estudiar.

5. Orden en las tareas: El orden exterior, tener la mesa de estudio limpia y despejada, ayuda al orden interior, a la hora de memorizar, comprender. En el estudio-trabajo conviene empezar por la materia de mediana dificultad, se pasa a mayor dificultad y por último la de menor dificultad.

6. Conocer cada día lo que les toca estudiar a tus hijos y los exámenes. En la ESO, debemos estar muy al corriente de sus exámenes, sus trabajos, para ir soltando cuerda en Bachillerato.

7.  Que hagan solos los deberes. En la ESO ¡ya pueden hacerlos solos! Tenían que haber empezado en 3º de primaria. Sólo intervenir cuando no haya más remedio, hacerlos razonar.

8.  Acudir al profesor particular como último recurso. Para ello consultarlo con el tutor. Los niños que se acostumbran al profesor particular, se esfuerzan menos y se distraen más en clase, » porque ya se lo explica luego el «profe» en casa*»

9.  Fomentar la satisfacción del trabajo bien hecho. Sobre todo cuando son un poco «desastres», les hace ganar en autoestima. Si tienen buenas calificaciones una forma de poner al servicio de los demás sus cualidades.

10.  En los conflictos de clase no estar siempre de parte del profesor, ni siempre de parte de nuestro hijo. De entrada debemos tomar al profesor como nuestro principal aliado, dando por hecho su profesionalidad. Con los compañeros, lo mejor es no intervenir directamente, sino darle a nuestro hijo las herramientas suficientes, para que se sepa desenvolver

11.  No magnificar los problemas. Cada curso es diferente. Hay profesores buenos y no tan buenos, y es muy educativo para nuestros hijos tratar con todo tipo de personas.

12.  Paciencia con los conflictos dentro de casa. Los continuos enfrentamientos entre hijos adolescentes y padres, sólo son un pulso con el que el adolescente busca poner los límites.. No podemos ceder ante sus berrinches.

13.  Ver sus capacidades y pedirle lo que puede dar. Sobresalientes, si puede sacarlos y bienes, si no llega a más. Fomentar la asignatura que mejor se le da.

Susana Moreu. Directora de comunicación de INEFA en Granada. Instituto de Estudios de la Familia

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