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Los 10 errores más frecuentes que cometemos los padres al educar

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Padres discutiendo
Foto: ISTOCK Ampliar foto

Todos los padres intentamos educar con la mejor de nuestras intenciones. Habitualmente, nos surgen dudas como: ¿habré sido demasiado duro con él? ¿tengo que castigarle? ¿lo estaré haciendo bien? Y en no pocas ocasiones nos equivocamos. Saber reconocer nuestros errores es el primer paso para intentar hacerlo mejor, es decir, para ser mejores padres. Aqui tienes los 10 errores más frecuentes que cometemos los padres al educar.

El problema es que en educación no hay recetas mágicas. Solo podemos seguir algunas pautas que sabemos que funcionan, tratar de mantener la unidad entre los padres y educadores y basar nuestras enseñanzas, sobre todo, en el ejemplo. Aunque la lista de lo que hay que hacer es difícil de precisar, podemos recordar lo que no debemos hacer.

10 errores comunes en la educación de los hijos

1. Exceso de sobreprotección

Muchos padres cometen el error de dar la razón a sus hijos ante un profesor, de intervenir siempre que se les plantea un problema o de hacerles los deberes más que ayudarles. En definitiva, padres que tienden a organizar la vida a sus hijos para evitar que estos se equivoquen. Este exceso de sobreprotección resulta muy negativo, pues favorece que los niños se vuelvan dependientes, inseguros e incapaces de tomar decisiones por sí solos.

2. Pérdida de constancia

Suele ocurrir que los padres tienden a educar según su estado de ánimo. Es importante tener en cuenta que los padres han de ser constantes y saber que la educación de los hijos no funciona por etapas, sino que es un proceso continuo y en el que es fundamental ser constantes.

3. Falta de consenso entre los padres

Padres discutiendo

Es frecuente encontrarse con padres que se quitan la razón el uno al otro delante del niño. Este hecho genera confusión entre los más pequeños y dificulta en gran medida el proceso de aprendizaje, ya que el niño percibe desunión. Ante todo, los padres tienen que ser un bloque a la hora de tomar decisiones.

4. Castigar incorrectamente

Muchos padres ante un momento de enfado pueden imponer castigos desproporcionales e inalcanzables que muchas veces no llegan a aplicarse. Si estas penalizaciones no se aplican los padres pierden autoridad. Por ello, es mejor utilizar el concepto de responsabilidad derivada de un acto, que conlleve actuaciones proporcionales y moderadas, cuyo cumplimiento sea factible.

5. Prometer y no llevar a la práctica

Supone un error prometer a tus hijos un premio o una recompensa y luego no dársela, pues el niño pierde motivación y se entristece. Es importante fijar condiciones específicas: «si sacas un notable en matemáticas, te compro un móvil». Sin embargo, dar premios sin haber cumplido lo pactado supone un error aún mayor.

6. Tratar a tus hijos como amigos

Los padres han de tener en cuenta que son un símbolo de autoridad para sus hijos y que la relación con ellos no puede ser de igual a igual. Hay aspectos de la vida de los hijos que como ir al colegio, hacer los deberes o la hora de dormir, debemos mantener nuestra autoridad

7. Establecer comparaciones con los hermanos

Comparar a un niño con su hermano no supone ningún efecto positivo, pues aunque surgen deseos de superación, pueden generarse celos que rompan el espíritu familiar. El psicólogo y pedagogo, exdefensor del Menor, Javier Urra señala que «las comparaciones continuadas entre hermanos suscitan celos, envidias y dañan». Los padres saben que sus hijos no son iguales, por lo que a la hora de educarlos también tienen que tener en cuenta cuáles son los puntos fuertes y débiles de cada uno y no exigirles por igual.

8. Exceso de negatividad

Los niños con unos padres negativos y pesimistas tienden a tener un carácter más lastimero y ofensivo, verán la vida como una crítica y no sabrán valorar los aspectos positivos y las cualidades que poseen.

9. Ser permisivo con las nuevas tecnologías

Las tecnologías ofrecen muchas ventajas, pero un mal uso conlleva efectos muy negativos. Muchos niños pasan horas y horas pegados a las pantallas de sus teléfonos móviles. Es frecuente que incluso durante las comidas estén utilizando los smartphone de modo que se rompe la comunicación en la familia. Ante esto, los padres deben imponerse y no dejar que esta práctica se convierta en un hábito.

10. Gritar y etiquetar

Es importante que los padres aprendan a no perder los papeles cuando su hijo ha hecho algo malo. Frases como «eres tonto», «ya sabía yo que lo ibas a romper» o «no sirves para nada» causan mucho daño en los niños. Los padres tienen que asumir, ante todo, su papel de personas adultas y no comportarse como niños entrando en dinámicas como «si él no me habla, yo tampoco».

María Redondo

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