Al igual que estamos concienciados de la protección de la piel frente a los rayos solares, a los ojos también debemos prestarles atención, y en especial, en épocas de mayor exposición, como en verano. Una exposición prolongada al sol sin la correcta protección ocular puede llegar a producir quemaduras en la córnea (fotoqueratitis) o daños en la conjuntiva que se presentan como fotofobia, ojo rojo, lagrimeo, etc. Con estos 6 consejos para proteger tus ojos del sol evitarás estos riesgos
El daño puede empezar en la superficie del ojo, la córnea, y a largo plazo inducir la formación de cáncer de piel en la zona de los párpados y mayor riesgo de desarrollo de melanomas oculares, como el de coroides. De hecho, se ha demostrado que la exposición a radiación UV-B aumenta el riesgo de cataratas, explica la Dra. María Capote del Servicio de Oftalmología del Hospital La Milagrosa de Madrid.
La Organización Mundial de la Salud afirma que «más del 80% de la exposición a la radiación UV que se produce a lo largo de la vida se alcanza antes de los 18 años». «Está claro que a partir de esta evidencia y teniendo en cuenta que la radiación se acumula a lo largo de la vida, el uso de protección desde la infancia, mantenida durante toda la vida, es extremadamente importante», señala la Dra. Capote.
Los niños, al igual que los adultos, si van a pasar mucho tiempo expuestos al sol, deben proteger sus ojos. El uso de gafas de sol y gorros con visera, es fundamental.
6 consejos para proteger los ojos del sol
1. El cristal de la gafa debe cumplir la normativa CE y filtro. El color de las gafas de sol no es sinónimo de filtro UV. La marca CE (es el estándar mínimo de garantía) y debe aparecer claramente el número de filtro que poseen (del 0 al 4).
2. Elegir el color adecuado del cristal de la gafa. Un cristal oscuro no quiere decir que proteja mejor. De hecho, un cristal muy oscuro pero sin el filtro adecuado deja pasar los rayos UVA y UVB porque la pupila está más dilatada al ser el cristal oscuro.
3. Usar gafas de sol en días nublados. En condiciones de poco sol también hay presencia de rayos UV.
4. Adapta tu protección según la necesidad de cada ambiente. Los filtros 2,3 y 4 son los más adecuados para realizar ejercicio al aire libre, exposición al sol en playa o montaña y deportes acuáticos y alta montaña. No obstante para una exposición prolongada al sol, se recomiendan cristales con filtro ultravioleta de 400 nanómetros, detiene el 100% de los rayos UV, no siendo necesarios los cristales polarizados.
5. Nunca mires directamente al sol. Mirar directamente hacia el sol, incluso durante un eclipse, puede provocar daños irreparables en el ojo.
6. Especial cuidado con los ojos de los niños. Los niños también deben protegerse frente a los rayos solares y pueden utilizar gafas de sol desde cualquier edad.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Dra. María Capote, del Servicio de Oftalmología del Hospital La Milagrosa, de Madrid.
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