Los niños cada vez juegan menos y pasan menos tiempo al aire libre, lo que puede afectar tanto a su salud física, con el incremento de enfermedades como la obesidad, como a su equlibrio mental. Es la principal conclusión de un estudio llevado a cabo en el Reino Unido y que ha publicado el periódico The Guardian. La encuesta se ha realizado etnre más de 2.000 padres de este país anglosajón y revela que alrededor un tercio de los niños de los padres participantes pasan menos de una hora al día jugando al aire libre y cerca del 20% de los niños no juegan en la calle.
Estos resultados contrastan con la importancia que los expertos de todo el mundo dan el juego al aire libre por sus beneficios para los niños. Profesores, pedagogos y pediatras señalan que este tipo de juego al aire libre es fundamental para la salud y el desarrollo de los niños.
Los juegos que implican actividad física ejercitan sus habilidades y desarrollan su destreza. Pero, además, a través del juego los niños aprenden a respetar las normas, tolerar la frustración, a ser pacientes, empáticos y resolutivos.El juego les permite exteriorizar sus emociones y gestionar sus fracasos y problemas.
El juego al aire libre previene la obesidad y los trastornos mentales
La actividad física que genera el juego al aire libre es un factor de prevención para la obesidad infantil. En cambio, el sedentarismo que ocasiona vivir en las grandes ciudades y la falta de tiempo libre para jugar ha contribuído al aumento de los casos de obesidad infantil entre los niños en España.
Sin embargo, la falta de juego y el descenso del tiempo de juego no sólo desencadena problemas en la salud física de los niños, también ha propiciado el incremento de los casos de ansiedad y depresión en los niños durante los últimos 50 años, según un estudio publicado recientemente en la revista americana Psychology Today.
Pocos espacios para jugar al aire libre en la zona que viven
El juego al aire libre ha sido la forma en la que los niños tradicionalmente han explorado el mundo que les rodea y han aprendido a solucionar sus problemas por ellos mismos. Entre otros beneficios, el juego aporta confianza en sí mismos y ayuda a los niños a conocerse mejor y descubrir y desarrollar sus intereses e incluso se ha considerado el juego como herramienta terapéutica. Reduciendo el tiempo de juego, reducimos las oportunidades de que los niños tomen el control de sus propias vidas.
Sin embargo, en España todavía son escasas las acciones destinadas a preservar, proteger y promover este derecho en la infancia. Y es que, como muestra el estudio Children*s World Report en 2015, los niños españoles creen que existen pocos espacios para el juego al aire libre cerca del lugar donde viven.
Los padres tienen menos tiempo para jugar con sus hijos
La necesidad de garantizar medidas para la conciliación laboral y familiar está directamente relacionada con este tema, según apuntaba el último estudio «Guardería y Familia 2015» elaborado por Endered. Concretamente, el 71,1% de los padres españoles manifestaron que no pasan el tiempo suficiente en casa para poder estar con sus hijos y para poder jugar con ellos. Las razones que esgrimián los padres eran las largas jornadas laborales y la falta de ayudas para la conciliación laboral.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Fundación Crecer Jugando
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