La voz es un medio de expresión en el que se evidencia de una manera especial la interrelación de dos elementos fundamentales de la persona: el físico y el psicológico. Voz y cuerpo son dos realidades inseparables que se vinculan en un mismo proceso y existen una serie de ejercicios para educar la voz de los niños cuando existen problemas de disfonía infantil.
La fonación precisa de la colaboración de diferentes músculos en una relación coordinada y equilibrada, de ahí la importancia de controlar y llevar a cabo una adecuada contracción y relajación de toda la musculatura implicada.
Toda la tensión muscular influye en la respiración y consiguientemente, en la voz, de manera que las actividades y ejercicios de relajación conllevan habitualmente una mejor función respiratoria.
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Ejercicios de relajación para una buena fonación de los niños
Las actividades y los juegos que proponemos van encaminados a lograr una relajación tanto global a nivel corporal como específica en lo que a la fonación se refiere y sirven para educar la voz de los niños.
1. LA PULGA JUGUETONA
Se pide al niño que se coloque en posición decúbito supino, (tumbado en el suelo, boca arriba). La cabeza ligeramente elevada, los brazos extendidos a lo largo del cuerpo, las palmas de la mano hacia arriba y las puntas de los pies dirigidas ligeramente hacia fuera. Los ojos cerrados. Se le pide que se fije y sienta como el aire penetra por la nariz, pero…¿qué pasa?…una pequeña pulga juguetona ha entrado en ella. La pulga quiere pasearse por todo el cuerpo y la ayudaremos pensando mentalmente por donde queremos que vaya pasando. Narrar en voz sugestiva el camino que va siguiendo nuestra amiga, y el niño en reposo lo va notando. Finalmente, la pulga que está muy cansada de tanto paseo, nos hace cosquillas en la nariz, para provocarnos un estornudo y…..aah*-aah*-¡¡achís!!, conseguimos librarnos de ella.
2. CERRAR LOS OJOS Y VER PAISAJES
Con los ojos cerrados imaginando cosas tranquilas. El niño tiene que cerrar los ojos, y «ver» paisajes, objetos o situaciones que le trasmiten sosiego. Cambiarán de tema cada 3 segundos: un lago tranquilo, un gatito que está durmiendo, las hojas de un árbol cuando vuelan…Cuando se le vea al niño tranquilo, sereno, tiene que decirse a sí mismo «estoy completamente tranquilo», no hace falta que lo digan en voz alta.
3. VALS DE LAS MARIPOSAS
Con una música relajante, hacer que el niño mueva los brazos como si bailasen con las alas de una mariposa. Este movimiento tiene que ser suave y con las articulaciones (codos y muñecas) relajadas.
4. EL PÉNDULO DEL RELOJ
Hacer con el niño el movimiento que hace el péndulo de un reloj imitando ese balanceo, colocando al niño en un taburete con el cuerpo totalmente relajado, sintiendo el apoyo de los muslos sobre el taburete. Se le pide que vaya inclinando el tronco hacia delante desde la pelvis, notando como se estira la columna desde el sacro. Los brazos, colgando bien relajados. Los ojos cerrados. Notar el peso del cuerpo. Balanceamos los brazos suavemente de un lado a otro imitando el péndulo de un reloj.
5. LA MARIONETA
Con el tronco flexionado, el niño tiene que hacer que las articulaciones de los brazos se «bamboleen». De pie, relajado deja caer el tronco hacia delante, de forma que todos los músculos queden flojos, como «flotando»; la cara y las mejillas también están «flojas». Dejar que las articulaciones de los brazos se muevan libremente.
6. HUELLAS EN LA NIEVE
El niño tiene que presionar las plantas de los pies contra el suelo, como si quisieran dejar marcas en la nieve. Mantener la presión durante un minuto y después relajar los pies.
Maria Teresa Molina, Logopeda y Secundino Fernández, Otorrinolaringólogo del Dpto. de Otorrinolaringología de la Clínica Universitaria de Navarra.
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