Mantenerse delgada durante el embarazo es una obsesión que afecta cada vez a más mujeres, aunque va directamente en contra de las leyes de la naturaleza. El aumento de peso en el embarazo es algo necesario para la buena salud tanto de la madre como del bebé, y sin embargo, un nuevo trastorno alimenticio está irrumpiendo con fuerza en el mundo de las gestantes: la pregorexia o el miedo a engordar en el embarazo.
Presumir una extrema delgadez durante el embarazo, como en el caso de algunas famosas, ha dado lugar a un nuevo desorden alimenticio, conocido como pregorexia, que está directamente relacionado con el miedo a engordar. A pesar de las recomendaciones de obstetras y ginecólogos sobre la importancia de un aumento de peso moderado en el embarazo, muchas son las mujeres que se sienten culpables cuando ven que pierden la línea durante su embarazo.
Los trastornos alimenticios en el embarazo a examen
Un estudio realizado en el Reino Unido sobre la incidencia de los trastornos alimenticios en el embarazo reveló que un 7.6% de las mujeres embarazadas a las que se estudió tenía síntomas compatibles con trastornos de la conducta alimentaria, y el 23.4% estaba muy preocupada por su peso y su figura.
Otro estudio, en esta ocasión australiano, descubrió que el 41% de las mujeres embarazadas que no sufre anorexia tiene problemas para controlar el peso y el 20% considera que es durante esa etapa de su vida cuando más se preocupa por su peso y alimentación.
En París, también se realizó otro estudio sobre los trastornos alimenticios durante el embarazo, en los que participaron 250 mujeres de la planta de maternidad de un hospital parisino. Esta investigación demostró que las mujeres embarazadas quieren controlar lo que comen para no engordar demasiado (puesto que después del parto es muy difícil desprenderse de esos kilos de más) y también para cubrir las necesidades nutricionales del bebé. Así pues, para muchas se trata de alcanzar el equilibrio entre sus propias necesidades y las del bebé, lo cual no puede diagnosticarse como patología.
No obstante, se calcula que, en general, el 30% de las embarazadas no aumenta de peso de forma correcta, aunque no se puede determinar un porcentaje exacto a la denominada pregorexia.
Síntomas para detectar la pregorexia
La doctora Fulvia Mancini, responsable médica de Clínicas Eva en Cataluña, ha observado unas pautas con las que identificar a las mujeres que padecen pregorexia. «Se trata de mujeres que cuentan obsesivamente las calorías, intentan siempre comer solas o se saltan las comidas, entrenan excesivamente y pueden llegar a procurarse el vómito. En los tres primeros meses del embarazo, estos síntomas pueden llegar a enmascararse con los propios de la gestación: náuseas y vómitos, principalmente. Algunas mujeres presentan problemas con según qué tipo de alimentos y hasta pierden el apetito».
«Lo normal, añade, es que estas pacientes no reconozcan su problema y que, además, rechacen el tratamiento.. Es muy raro que admitan espontáneamente que tienen un problema de conducta alimentaria».
Por tanto, es recomendable que «familiares y personas del entorno de estas mujeres estén atentos, sobre todo, si han padecido trastornos de la conducta alimentaria, como anorexia y bulimia. Ante cualquier cambio en la relación con la comida, la pareja o los familiares deberían ponerse en contacto con el ginecólogo o el médico de cabecera. El doctor mismo debería sospecharlo en una paciente que no aumenta, o pierde peso, durante el embarazo», afirma la ginecóloga Mancini.
Consecuencias de la pregorexia para la madre y el bebé
La pregorexia puede dar lugar a un embarazo de riesgo por peso inadecuado y tener las siguientes consecuencias:
Para la madre: puede desarrollar anemia, descalcificación ósea, baja producción de leche durante el posparto y caída de cabello, entre otros.
Para el bebé: las consecuencias en el feto pueden ser muy graves. Durante el primer trimestre, si la paciente no toma suplementos vitamínicos, aumenta el riesgo de alteraciones del tubo neural como la espina bífida. También aumenta la tasa de aborto espontáneo. Durante el segundo y el tercer trimestre, aumenta el riesgo de parto prematuro, retraso de crecimiento intrauterino, retraso mental o parálisis cerebral, malformaciones óseas, digestivas o cardiovasculares. En casos muy graves se puede llegar a la muerte intrauterina.
El aumento de peso en el embarazo
La ganancia de peso en el embarazo debe ser progresiva y mantener una buena nutrición materna durante los nueve meses garantiza un embarazo sano tanto para la mamá como para el bebé. Este aumento de peso en el embarazo está directamente relacionado con la constitución de la madre, siempre teniendo en cuenta la máxima de que «no hay que comer por dos, sino que hay que comer mejor».
Así, debemos ganar «el número de kilos apropiado para la propia masa corpórea. Si esto se hace correctamente, una vez se ha dado a luz, la pérdida de peso es rápida y fisiológica, es decir, que no habrá que hacer dietas estrictas, ni pasar hambre», asegura la ginecóloga.
Pero, ¿cuántos kilos debe aumentar una mujer a lo largo de su embarazo?
1. Una mujer con bajo peso: lo normal es que gane entre 13 y 18 kg.
2. Una mujer obesa: entre 5 y 9 kg.
3. Una mujer con peso normal: el estándar está entre 11 y 16 kg.
Estos valores cambian si el embarazo es gemelar.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Dra. Fulvia Mancini. Ginecóloga y Responsable Médica de Clínicas Eva en Cataluña.
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