Superada la etapa escolar, los adolescentes tienen el reto de elegir qué quieren hacer en el futuro. Elegir carrera y futuro profesional es una decisión dificil que, hoy en día, depende de muchos parámetros. Para los que se decantan por seguir estudiando, estas son algunas de las claves para elegir la mejor opción.
7 claves para elegir un futuro profesional
1. ¿Formación Profesional o Universidad? Cada vez más jóvenes siguen el camino de la Formación Profesional, más desconocido y peor valorado que en otros países como Alemania. Para saber si se debe optar por un título universitario o por un grado medio en Formación Profesional hay que distinguir entre las capacidades y habilidades técnicas -más útiles para la Formación Profesional- y las académicas -mejores para la Universidad-. En cualquier caso, el sistema permite pasar de un grado medio a uno superior si el alumno toma la decisión.
2. Las salidas profesionales no importan… tanto. Muchos padres se obsesionan con que sus hijos elijan carreras en las que esté demostrada una buena inserción laboral. No cabe duda de que algunas titulaciones son una garantía para buscar trabajo. Pero la decisión no puede venir marcada por este condicionante por dos motivos. En primer lugar, los rankings de salidas profesionales varían enormemente de año en año. Hace cinco años nadie preveía el auge que iban a experimentar trabajos relacionados con redes sociales o el difícil posicionamiento de los arquitectos. En segundo lugar, aquel alumno que de verdad ama su profesión y es bueno en ella, acabará por encontrar trabajo.
3. La vocación es fundamental. Antes de enfrentarse a la andadura de los estudios superiores, el joven se tiene que preguntar qué quiere ser de mayor. Muchos centros educativos organizan jornadas para que los alumnos conozcan cuáles son las salidas profesionales de las distintas titulaciones. Los padres también podemos ayudar presentando a nuestros hijos a amigos y conocidos que tengan la profesión que a nuestros hijos les gusta, para que tomen la decisión con conocimiento de causa. Si intuimos una clara vocación, hay que apostar por ella.
4. Comparar titulaciones en distintas universidades. El Espacio Europeo de Educación Superior, el llamado Plan Bolonia, permitió que cada institución educativa planteara sus propios programas, después validados por instancias superiores. Aunque, en líneas generales, la misma carrera tendrá algunas asignaturas parecidas en cada Universidad, habrá divergencias en otras materias. Conviene realizar un estudio comparativo de la oferta de la titulación elegida en diferentes centros.
5. Títulos oficiales. Proliferan algunas escuelas y empresas que ofrecen títulos universitarios que no cuentan, sin embargo, con un reconocimiento oficial. Hay que evitar estas instituciones porque el título obtenido puede ser rechazado en futuros empleos.
6. Prácticas en empresa. Un elemento de los centros de enseñanza superior por el que debemos interesarnos especialmente es el Centro de Orientación e Información para el Empelo, es decir, el departamento de Prácticas y Empleo. La nueva legislación en materia de formación superior exige el desarrollo de prácticas en empresas obligatorias a lo largo de los años de estudio. Solo gestiona buenas prácticas la institución que destina recursos a este apartado. Y serán la garantía de que nuestros hijos salgan al mercado laboral con un currículo profesional que les diferencie del resto.
7. Intercambios internacionales. Las empresas valoran cada vez más la proyección internacional de sus empleados. Elegir una institución que tenga numerosos acuerdos de intercambio con universidades extranjeras aumentará las posibilidades de que nuestros hijos disfruten de un semestre o un año de estudios fuera del país.
Marina Berrio
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