Desde que a finales de la primera década del siglo XXI comenzase la actual crisis económica, muchas han sido las consecuencias de esta coyuntura en la sociedad española.
Si ha habido un sector que ha notado en especial este asunto es la juventud, quien ha visto cómo cada vez le es más difícil conseguir un puesto de trabajo y adquirir una vivienda pese a pertenecer a la que muchos consideran como la generación más preparada en la historia de nuestro país.
29 años, la edad media para indepedizarse en España
La dificultad para entrar en el mundo laboral, el miedo a sufrir un retroceso en su nivel social y el coste de la vida actual hacen que muchos jóvenes en nuestro país se lo piensen dos veces antes de emanciparse. Así lo recoge el estudio Observatorio de la Emancipación del Consejo de la Juventud en España que expone que actualmente el 80% de la población menor de 30 años, aun vive con sus padres.
Este estudio señala que en la actualidad la edad media para marcharse del hogar paterno es de 28,9 años, mientras que la media europea se sitúa en torno a los 26,1. Una edad que también se aleja bastante de la edad de emancipación en Suecia que se sitúa en los 19,6 años. No obstante, pese a alejarse de la media europea, los jóvenes españoles se independizan antes que los italianos, griegos y croatas.
Entre las causas de estos datos se apunta al aumento del precio de la venta de vivienda que aumentó un 2,9% y en especial a la situación del mercado laboral. La actual situación de los puestos de trabajo hace que se tema por una regresión en el nivel de vida al abandonar el hogar paterno y adentrarse en el pago de la alta cuantía que supone una hipoteca. Todo esto hace que a los menores de 30 les sea más difícil el independizarse.
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Emancipación en pareja
El estudio del Observatorio de La Emancipación también recoge un curioso dato, de las personas que deciden abandonar el hogar paterno, el 84’3% de los emancipados decide hacerlo junto a su pareja. En cuanto a sexos, las mujeres son las que más deciden independizarse por su cuenta y el 25,2% de la población emancipada es femenina frente al 16,4% de los varones que deciden marcharse de casa de sus padres.
La dificultad a la hora de emanciparse ocasiona numerosos problemas sociales, en especial en lo que se refiere a la demografía. El hecho de que se retrase cada vez más la decisión de abandonar el hogar paterno, supone que otras elecciones se pospongan también, en especial la paternidad. Que los españoles se independicen a edades posteriores a los 30 años también supone que las madres españolas tengan a sus hijos a edades cercanas a los 40 años.
El primer hijo a los 31 años
Si a comienzos de la década de los 90, las madres tenían su primer hijo en torno a los 26 años, en el 2014 esta media se sitúa alrededor de los 31,8%. El retrasar esta decisión en las mujeres españolas supone un riesgo ya que acercarse a los 40 años hace que la probabilidad de quedarse embarazada se reduzca. La posibilidad de tener un segundo hijo también se vuelve casi imposible ya que a la cercanía a los 40 años, se añade las dificultades económicas para mantener a dos hijos.
El hecho de que cada vez se complique más la posibilidad de tener un segundo hijo provoca que el relevo generacional se vuelva una tarea casi imposible. La reducción en la natalidad española está provocando un preocupante envejecimiento de la sociedad española y de confirmarse esta tendencia, nuestro país pronto registrará un mayor número de defunciones que de nacimientos, suceso que no se producía desde la Guerra Civil.
Damián Montero
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