Evitar el elevado índice de fracaso en la universidad es el objetivo de psicólogos, jóvenes y padres familia para garantizar un buen futuro laboral. Actualmente, aproximadamente el 30 por ciento de los estudiantes que acceden a la universidad abandona sus estudios o cambia de carrera en los primeros años, lo que supone que de los 220.000 alumnos que cada año comienzan el primer curso en la Universidad, 66.000 lo dejan antes de tercero.
Entre las condiciones necesarias para evitar el fracaso universitario destaca ser una persona resilente, haber realizado un buen trabajo en Secundaria y Bachillerato y tener adquiridas unas buenas estrategias de aprendizaje.
La resiliencia como freno al fracaso universitario
La resiliencia podría arrojar buenas explicaciones sobre los mecanismos psicológicos que operan en los estudiantes persistentes.
La resiliencia es la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. Dicho en Román Paladino, la resiliencia es la capacidad que podemos tener, si la educamos y la ejercitamos, de ser como el Ave Fénix y renacer de nuestras cenizas. Evidentemente está muy relacionada con la tolerancia a la frustración y valores como la perseverancia, el optimismo, la confianza, la esperanza o la fortaleza.
El Ministerio de Educación en su web explica a los alumnos de Secundaria y Bachiller qué encontrarán al acceder a estudios universitarios y entre otras muchas cosas explica «en el nuevo modelo formativo el protagonista en el proceso de aprendizaje eres tú y no el profesor. La actividad del profesor estará centrada en lograr que tu aprendizaje sea eficaz y en que cada vez sea un aprendizaje más autónomo.
El objetivo es que adquieras unos hábitos de formación y trabajo continuos para que la formación sea una constante a lo largo de tu vida y no sólo en la universidad.
A través de este nuevo sistema de aprendizaje se reducen las horas de las tradicionales clases magistrales y se fomentan las clases participativas en forma de seminarios, grupos reducidos, debates y exposiciones orales.
El nuevo modelo formativo en la universidad
Los nuevos títulos suponen pasar de un modelo formativo actual fundamentalmente expositivo y basado en exámenes finales a un modelo que vincule teoría y práctica, promueva el esfuerzo y el aprendizaje cooperativo, facilite tu aprendizaje a través de las bibliotecas, los campus virtuales y los centros de recursos para el aprendizaje y la investigación, y valore tus aprendizajes mediante sistemas de evaluación continuada».
Es cierto que poco a poco tanto las Instituciones Universitarias como sus profesores están invirtiendo muchos medios y esfuerzo personal en hacer realidad este sistema que tiene grandes ventajas para la preparación personal y profesional de nuestros universitarios. Sin embargo no se puede pretender que los hábitos de formación y trabajo se adquieran a los 18 años. Estos deben venir asimilados de las etapas anteriores.
En el estudio «La problemática de la transición Bachillerato-Universidad en la Universidad de Barcelona», los profesores Manuel Álvarez González, Pilar Figuera Gazo y Mercedes Torrado Fonseca de la Universidad de Barcelona exponen los resultados obtenidos en su investigación sobre los motivos que llevan a un alumno a permanecer o abandonar sus estudios universitarios. De su interesante trabajo creo que pueden ser muy útiles las siguientes conclusiones:
«El rendimiento previo constituye, como señala la investigación, un potente predictor de la continuidad en los estudios. Quizás por ello, los estudiantes que abandonan valoran peor que sus compañeros la formación en las diferentes asignaturas de bachillerato.
Las experiencias del primer año, narradas por los mismos estudiantes, ponen de manifiesto una serie de retos que el alumnado ha tenido que superar entre los que destacan: la necesidad de `reaprender o aprender métodos de estudio* y a planificar el tiempo para gestionar más adecuadamente las demandas en un contexto organizativo muy diferente al de procedencia (centros de secundaria). Datos que confirman los encontrados en trabajos más recientes».
María Jesús Sancho. Psicóloga. Máster en Matrimonio y Familia por la Universidad de Navarra
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