Por mucho que corra el tiempo, por mucho que las modas pasen, el rojo de la Navidad permanece. Es el color del amor y no nos puede faltar ni en casa ni en el armario. La flor de pascua es la mejor forma de mantener el rojo en casa en Navidad sin tener que preocuparnos por combinar, entre otras cosas, el árbol de Navidad con los centros de mesa, la cubertería o los platos.
Además ¿verdad que con una flor de pascua en el recibidor o en el salón parece que estamos en Navidad, crece la ilusión y se llena la casa de calor familiar? Entérate de dónde viene la tradición de comprarla por estas fechas y sigue nuestros consejos para que tu flor de pascua dure este año un poquito más.
La historia de la flor de pascua para los niños
La flor de pascua se llama también Poinsettia o flor de Navidad y se empezó a cultivar hace ya cientos de años. Su popularidad como elemento de decoración se la debemos a los frailes franciscanos, que allá por el siglo XVI empezaron a colocarla en sus monasterios para dar calor y viveza a las salas más oscuras. Como la margarita, la flor de pascua es símbolo de pureza, por eso los aztecas se la ofrecían a los dioses. Y es que para muchos, la flor de pascua es originaria de México. Así, entendemos que es una planta que en Navidad no está, ni mucho menos, fuera de lugar.
La flor de pascua y su ‘nombre botánico’
Y ¿por qué la llamamos también Poinsettia? No vayas a pensar que éste es el nombre técnico de la planta ni la designación griega o latina de la familia de arbustos de la que procede. La denominación de la flor de pascua como Poinsettia es un homenaje a Joel Roberts Poinsett, que fue el primer embajador de los Estados Unidos en México.
Poinsett era botánico y ocupó este puesto en la política entre los años 1825 y 1829. Sin embargo, esto no hizo que se despegase de su pasión por las plantas. De hecho, desde México, regalaba a sus amigos una flor de pascua cada Navidad. Escogió esta época del año y no otra porque es en los meses de frío invierno cuando mejor se da. Y así, sin quererlo, fue Poinsett instaurando una tradición que ha llegado a nuestros días. Falleció el 12 de diciembre de 1851 y, en conmemoración suya, se fijó en el calendario ese mismo día como el día de la Poinsettia o la flor de pascua.
La verdad sobre la flor de pascua: consejos para que dure más
La has visto millones de veces y seguramente no te has dado cuenta. Ahora más que nunca luce en puestos de venta ambulantes y en los escaparates de las floristerías. Si todavía no te has hecho con la tuya, no vas a tener la oportunidad de descubrir la verdad sobre la flor de pascua y acercarte a ella en este preciso instante para comprobar que lo que te vamos a revelar es cierto. ¡Las hojas rojas no son los pétalos! Son hojas a las que nos referimos como «hojas modificadas». La auténtica flor de la planta es chiquitita y de color champán. Y así seguimos a vueltas con la Navidad. ¿Verdad que resulta curioso?
Esto nos da las claves para acertar al comprar. No nos tenemos que fijar en las hojas rojas, en su tamaño, su brillo o su intensidad. ¡Lo que importan son las flores centrales! Cuantas más tenga la planta, menos nos va a durar. Son más jovencitas las que menos capullos tienen, así que si nos decantamos por éstas seguramente las vayamos a conservar durante más tiempo del que dura la Navidad. Esta puede ser una buena forma de alargar ese espíritu festivo que nos hace tan cariñosos y generosos.
Los cuidados que necesita una flor de pascua o Poinsettia
Una flor de pascua en el salón cuando la Navidad ha terminado puede ser un recordatorio estupendo para no perder la comprensibilidad que nos caracteriza en este tiempo. Una excusa perfecta y una alegría escondida que nos puede arrancar una sonrisa cuando menos nos lo esperamos. Puedes explicarles a tus hijos como si se tratase de un cuento cuál es la procedencia de esta flor. Contágiales el gusto por saber de dónde vienen las cosas y regad juntos una o dos veces por semana esa preciosa planta. Con ponerle un platito con agua debajo durante unos 10 minutos, será suficiente. Ojo también con la temperatura a la que se encuentre la calefacción de vuestra casa. Las flores de pascua no resisten temperaturas superiores a los 24 grados centígrados.
Elisa García
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