La dermatitis atópica es una de las afecciones dermatológicas más frecuentes que afecta al 30 por ciento de los niños y al 10 por ciento de los adultos de la población española. Los bebés y niños son los más propensos a padecer esta afección que tiende a desaparecer con la edad. La descamación, las lesiones y el picor intenso son los síntomas más comunes que provocan molestias y alteran las horas de descanso.
En invierno, el frío aumenta la frecuencia de los brotes de la dermatitis atópica y agudiza los síntomas, que se caracterizan por sequedad de la piel, inflamación, lesiones, enrojecimiento y descamación.
Estas manifestaciones, generalmente, acaban provocando un picor intenso y molestias que repercuten en la actividad diaria. Por este motivo, es fundamental prestar más atención a la piel en esta época del año evitando el ambiente seco, el calor, el uso de prendas sintéticas, o determinados cosméticos y jabones irritantes, ya que todo esto puede condicionar también la aparición de la dermatitis atópica.
Aunque todavía se desconoce la causa que origina la dermatitis atópica, los expertos creen que el factor genético es uno de los más influyentes. Además, aunque es más frecuente en niños y bebés, puede brotar por primera vez a cualquier edad.
10 consejos para controlar la dermatitis atópica
La dermatitis atópica puede controlarse. Para cuidar las pieles más sensibles, los expertos en dermatología ofrecen un decálogo de recomendaciones básicas para pieles atópicas:
1. Prevenir. Para evitar brotes conviene identificar los posibles factores desencadenantes para evitarlos e hidratar muy bien la piel.
2. Higiene de la piel a diario. La limpieza y el tratamiento de la piel diariamente es fundamental para mantener una piel saludable. Para el cuidado de las pieles atópicas es necesario nutrir y proteger la barrera cutánea de la piel con productos específicos, así como evitar el agua demasiado caliente ya que puede agravar la inflamación.
3. Evita frotar al secar la piel. Utiliza toallas de algodón con cuidado, secando a pequeños toques para no frotar, ya que el roce puede irritar o dañar las zonas afectadas por la dermatitis atópica.
4. Hidrata la piel en profundidad. La sequedad es una de las características de las pieles con dermatitis atópicas. Por tanto, hidratar la piel a diario después de la ducha con productos emolientes e hidratantes ayuda a prevenir la sequedad.
5. Usa protección solar para pieles sensibles. Es muy importante proteger la piel de los rayos del sol durante todo el año además de hacer especial atención a las zonas más sensibles.
6. Evita abrigarte en exceso. En muchas ocasiones, sobre todo los niños, cuando los abrigamos demasiado, acaban sudando y el sudor empeora los síntomas de la dermatitis atópica.
7. Evita vestir con prendas sintéticas. Elige prendas de algodón para vestir y evita los materiales sintéticos y las lanas que tienden a provocar reacciones alérgicas en la piel. Además, a la hora de lavarlos, se aconseja un doble aclarado para eliminar totalmente los restos de detergentes. No se recomienda el uso de suavizantes.
8. Utiliza geles especiales para la ducha y el baño. Sobre todo en el caso de los niños, se aconseja utilizar productos que no contengan jabón, que tienden a resecar demasiado la piel. Cualquier producto utilizado debe ser hipoalergénico y sin perfumes.
9. Humedad en las habitaciones. Para mantener un ambiente húmedo en toda la casa, coloca frascos de agua en los radiadores y usa un humidificador. Así, contribuirás a evitar la excesiva sequedad de la piel, sobre todo, en invierno a causa de la calefacción.
10. Cuida la alimentación. Algunos alimentos están relacionados con el inicio de los brotes, pero a todos no afecta por igual. Consulta con tu médico y evita comer los que pueden desencadenar una crisis.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Laboratorios Uriage
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