Son muchas las personas que deciden organizar mejor su horario y sacar unas horas a la semana para hacer deporte. Acudir al gimnasio entra dentro de los buenos propósitos para el Año Nuevo, pero ¿qué es lo más beneficioso? Tanto para los aficionados al deporte, como para los que se estrenan en el ejercicio, el trabajo aeróbico tiene muchos beneficios para cuidar la salud.
Algunos tienen una afición deportiva saludable y tan solo les falta fijar su horario. Es el caso de los aficionados a los deportes de raqueta como el tenis, paddle, frontón… también podemos citar a los apasionados por el golf, la bicicleta o la carrera. Pero ¿qué pasa con los que se asoman por primera vez a un gimnasio?
Diferencias entre trabajo aeróbico y trabajo anaeróblico
Afortunadamente, son muchos los gimnasios que cuentan con un técnico deportivo que asesora sobre aquellos ejercicios que mejor se adaptan a nuestras necesidades. Pero puede ser que nuestras necesidades no sepamos concretarlas adecuadamente. En ese caso, el «trabajo aeróbico» tiene enormes beneficios y debe ser el componente más buscado en el entrenamiento habitual.
1. El trabajo aeróbico. Estamos trabajando aeróbicamente cuando las necesidades de oxígeno de nuestro cuerpo están bien cubiertas en el ejercicio que estamos haciendo. Esta sensación la tenemos cuando caminamos a buen ritmo, corremos despacio o montamos en bicicleta a velocidad lenta o moderada. Tu corazón y tu respiración están algo elevados, pero podrías mantener ese ritmo durante mucho tiempo, incluso puedes hablar un poco mientras realizas ese ejercicio.
2. El trabajo anaeróbico se produce al aumentar la intensidad de la carrera, la velocidad en la bicicleta, etc. En este caso tendremos la sensación de una aceleración del ritmo cardiaco y del ritmo respiratorio. No podremos hablar tal como lo hacíamos antes y además tenemos la sensación de no poder continuar mucho tiempo con semejante intensidad en el ejercicio. En este momento, las necesidades de aporte de oxígeno son mayores y a nuestro sistema cardiorrespiratorio no le da la vida para cubrir esas demandas. Consumimos nuestra fuente de energía, glucosa en este caso, en ausencia de oxígeno. Así, al aumentar la intensidad del ejercicio tenemos que parar antes pues el cuerpo no soporta semejante ritmo. Es normal tener sensación de pesadez y falta de oxígeno.
Beneficios del trabajo aeróbico
1. Mejora la función cardiaca. Ritmo moderado y prolongado que hipertrofia las paredes del miocardio. Corazón más fuerte sin someterlo a excesivas pulsaciones. Bajamos las pulsaciones y aumentamos el volumen cardiaco.
2. Mejora de la función respiratoria. Movilizamos más aire en nuestros pulmones, aumentando el volumen corriente. Movilizamos y quemamos triglicéridos. Consumiremos las grasas cuando el ejercicio sea prolongado.
3. Favorece la circulación de retorno. Este tipo de trabajo es ideal para personas con problemas de circulación en las piernas. La propia contracción muscular actúa de bomba en los vasos sanguíneos de retorno.
4. Mejora la movilidad articular sin someterla a grandes tensiones.
5. Mejora el tono muscular de las piernas. Es un tipo de trabajo muy agradecido pues encuentras la mejora física con pocas sesiones de entrenamiento, lo cual produce una gran motivación para las personas que se inician.
Marisol Nuevo Espín
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