La imaginación infantil es la facultad que percibe lo que ya no se encuentra presente, y es capaz de evocar el objeto que estuvo frente a los sentidos y representarlo de nuevo a la conciencia como imagen, no ya como objeto. Según la capacidad personal, serán reproducciones casi tangibles o algo difusas: lo que a veces llamamos «soñar despierto».
Mediante la imaginación podemos también re-conocer objetos, aunque hayan sufrido alguna variación (vemos a una persona a lo lejos y sabemos quién es, aunque la veamos desde otro ángulo y a distancia).
– Una modificación es la fantasía, que es la representación de lo que nunca existió: de alguna manera, elaboramos, a base de los objetos percibidos (imaginar un caballo), otros nuevos (imaginar un centauro).
– Muy relacionada está también la creatividad, que es la capacidad de elaborar algo nuevo, diferente, de encontrar solución a los problemas, o los medios necesarios para conseguir un objetivo.
Mediante la Imaginación podemos «adentrarnos» en situaciones que no tenemos delante, tanto para evadirnos como para buscar soluciones. Su poder es tal que puede inducirnos diferentes estados de ánimo y vivir en un mundo poco real. Pero también puede facilitar el esfuerzo: los pensamientos positivos engendran estados de ánimo positivos y al contrario: de ahí la importancia de saber ver, situaciones alegres y placenteras, aprendiendo a fijarnos con ayuda de la imaginación, en que queda media botella llena, y ¡cuánto podemos hacer!.
Otras ventajas de la imaginación
– Facilitarle el pensamiento a la inteligencia, porque pensamos con ayuda de imágenes.
– Nos permite adentrarnos en el misterio.
– Ayuda a aprender, a buscar recuerdos para lograr ejemplos o pensamientos abstractos.
– Se potencia también con la memoria para recordar más y mejor las cosas.
– Mejora la creatividad porque la imaginación es muy plástica.
– Facilita también a la persona, la dosis necesaria de ilusión para el cumplimiento del deber en la vida cotidiana, proyectando lo que se hace en el futuro. Por tanto, facilita el esfuerzo.
– Aviva nuestros deseos y la motivación, lo que antes comentábamos de «soñar despierto».
13 ideas para cultivar la Imaginación de los niños
1. Regala libros, incluso a niños pequeños antes de que sepan leer, para que se familiaricen con ellos, vean los dibujos, etc. En general, fomentar la lectura es desarrollar la imaginación, porque luego cada uno se encarga de «elaborar» personalmente lo absorbido por los sentidos.
2. Lee a los niños en voz alta historias, ambientándolas con detalles.
3. Da a tus hijos juguetes que no lo den todo hecho, que tengan que poner «inventiva»: es muy fácil enseñarles a hacer muñecos de guiñol y después, obras de teatro con esos muñecos en las que actúen todos.
4. Facilítales trajes viejos, en desuso, para que se disfracen, y que representen después distintas escenas con esos disfraces.
5. Anímales a socializar: con pocos medios, y muchos otros niños, que inventen historias de que son un pueblo con sus distintos personajes, un consultorio médico, un circo, un colegio, etc. etc.
6. Aprovecha sus aficiones adornándolas con imaginación: si le gusta dibujar, pueden hacer una exposición, con títulos en los cuadros, enmarcándolos y colgándolos en un corcho; si es aficionado/a a escribir, puede hacer una pequeña obra de teatro, con la cocina montar un restaurante etc. etc.
7. Algunos juegos desarrollan el sentido de la observación y la imaginación: así, el de adivinar una persona de los que está en el grupo (uno sale fuera y los demás piensan en uno de ellos. Vuelve el que está fuera y va preguntando uno por uno: si fuera flor, ¿qué sería? ¿si fuera prenda de ropa? ¿mueble? ¿comida?). Se ven los dotes de cada uno, imaginándose a la persona en la que han pensado convertida en prenda de ropa, en animal, en flor: la persona que ha salido tiene que acertar en quién se ha pensado.
8. Anímales a inventarse otros finales para los cuentos.
9. Que sepan meterse en distintos personajes: qué estarán pensando, por qué actúa así.
10. Organiza un taller de escritura en casa: cartas a familiares, al periódico, a concursos..
11. Organiza distintos concursos para ellos y sus amigos/as: al bocadillo más original, de pizzas, de tartas, una fiesta de colores (tienen que venir vestidos de ese color y traer para merendar todo de ese color), de poesías..
12. Pon tu propia imaginación al servicio de la inteligencia para que los hijos también lo hagan: en las preguntas que les hacemos: ¿Cómo podemos aprovechar mejor el espacio? ¿Qué podemos hacer para ahorrar algo más? ¿Qué puedo comprar de regalo para este niño y con este presupuesto? Y ayudarles a pensar en las contestaciones a sus preguntas.
13. Hazles pensar e imaginar: ¿qué harías tú si..: te tocara la lotería, fueras la primera persona que llega a la luna, te quedaras en una isla desierta, no tuvieras dinero para..?
Muchas veces para desarrollar la imaginación además de sentarse y pararse a pensar, definiendo bien cual es el problema (el niño/a no va contento al colegio, no come bien, no tiene muchos amigos) ayuda, como hemos dicho antes: observar, fijarse y ¡hacer lo mismo!: Una fiesta de cumpleaños en que se divierten de lo lindo, un viaje organizado con juegos para distintas edades, una forma de tener más ordenada la habitación: si ya otros han resuelto el problema, una parte de la imaginación consiste en copiar..y pegar, adecuándolo a mis circunstancias.
Marisol Nuevo Espín
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